Un estudio de Nielsen, demuestra que la leche de almendras es la leche sustituta favorita de los norteamericanos, con un crecimiento de ventas del 250% en los últimos cinco años mientras que el “mercado tradicional” de leche de vaca se ha reducido en más de $ 1 mil millones de dólares. Y a pesar de que la leche de almendras solo representa el 5% de las ventas, su ganancia está por encima de la suma de las otras leches sustitutas combinadas.
Son muchos los factores que contribuyen a este crecimiento de las leches sustitutas: La leche de vaca causa irritación y acidez gástrica en personas que no toleran bien la lactosa, empeora las enfermedades inflamatorias como la artritis debido a los complejos antígeno-anticuerpo que genera y que se pueden acumular en las articulaciones además de que su contenido en grasas saturadas y caseína puede aumentar los niveles de colesterol. El estudio destacó un dato contundente; son los jóvenes los principales consumidores: la generación Z (40%), Nuevo Milenio (38%) y la generación X (34%), ya que la salud y la sostenibilidad son muy importantes en sus decisiones de compra y por tal motivo prefieren las sustitutas.
La leche, esa bebida rica en sabor que nos ha acompañado toda una vida, aportando proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, y que se supone es indispensable para el crecimiento del ser humano, ¿habrá llegado a su fin?, eso está por verse.