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Mitos y leyendas

Diferencias, similitudes y confusiones

  
Nota publicada el 4 de agosto de 2016
por Rafael González Bartrina

Hace unos días asistí a una magnifica conferencia de mi buen amigo Mike Wilken. Maestro de antropología en la Universidad de California en San Marcos donde con toda puntualidad, Mike, trataba sobre el tema de la creación del mundo según los Kumiai. Dentro de la exposición visito, con frecuencia los términos “Mitos” y “Leyendas”. A continuación hago algunas reflexiones sobre el tema.

Según mi entender, he pensado y lo sigo haciendo, que las leyendas son, presumiblemente de origen en algún hecho o acontecimiento histórico que en su contenido menciona personas, lugares o circunstancias reales. Que con el transcurso del tiempo y por su diseminación, principalmente oral que han sufrido cierta morfología donde las características históricas se han ido exagerando y “maquillando” con el objeto de agregar un cierto matiz de romance, ya sea épico o de heroísmo.

Poco a poco la leyenda se va apartando de la verdad histórica, los hechos originales se mesclan con los “mejorados y aumentados”. Por lo general se trata de narrativas que resultan de alto sentido de interés y agrado. Su resultado, muchas veces crea súper héroes o maleficentes villanos. Mientras más se repite y se trasmite más leyenda se convierte. Al grado que llega a tomar el lugar de verdad incondicional y en general, es aceptada como tal.

Muchos ejemplos locales tenemos en Ensenada y en Baja California de leyendas que, aparentemente, son manejadas como realidades. Aunque no haya, evidencia de todos sus aspectos.

Por mencionar algunos nombres: Al Capone y su presencia en Baja California, junto con sus múltiples residencias, lugares que frecuentaba, negocios, escondites, etc.; Vladímir Ilich Uliánov “Lenin” y su residencia en Ensenada.; Robert Luis Stevenson y su inspiración de “La Isla del Tesoro” y la Isla de Todos Santos; los túneles del Riviera; los tesoros de piratas en el Cerro del Vigía, etc., etc.

Todas y cada una de ellas ha tenido algo de verdad. Muy poca, pero suficiente para alimentar la voz popular y embellecerla al través del tiempo.

Las leyendas son parte de la cultura de un pueblo y en su narrativa se encierra la imaginación y creatividad de sus gentes.

Por otra parte, tenemos el término “mitos” que yo he considerado y aun lo hago como un relato simbólico que nunca ha estado basado en realidad. A través de los tiempos se ha trasmitido, tanto oralmente como por escrito y se ha pasado de generación en generación como un “dogma de fe”. Los mitos tienen tanta fuerza e impacto que no son debatidos, son aceptados como tal y se respetan con absoluta seriedad. Aun cuando la ciencia tenga mecanismos para debatir la “imposibilidad de realidad” de los mitos no se hace. Todos nosotros tenemos una idea, por ejemplo, de la creación del Universo. Cuando nos presenta alguien, “otra” versión la aceptamos como “su creencia” sin debatirla ni menospreciarla.

En el idioma popular son, incuestionablemente los dos términos intercambiables, casi sinónimos. Académicamente, tengo entendido, tienen distintas aceptaciones y usos.

Me he permitido hacer unas comparaciones para tratar de ilustrar mi pensamiento:

Hay Evidencia de hechos/personas que existieron?

En Leyenda: SI, aunque sea muy insubstancial

En Mitos: NO

¿Cuando ocurrió?

En Leyenda: en historia reciente.

En Mito: Usualmente en historia antigua

¿Es realidad o ficción?

En Leyenda: Realidad distorsionada y exagerada, aunada con dosis de ficción.

En Mito: No hay evidencia de realidad

¿Sobre quienes tratan?

La Leyenda: Personajes notables de la historia

En Mito: Dioses y hechos sobrenaturales.

¿Sobre que tratan?

La Leyenda: Sobre actos heroicos, hechos significantes y algunos aspectos malignos.

Los Mitos: Tradicional narrativa que refiere simbolismos y metáforas.

¿Y la historia? La historia debería de ser el relato fiel de los acontecimientos reales y sin juicio ni análisis sobre el porqué.

En cuestión de crónicas y relatos no hay blanco y negro, verdad y mentira. Pues se maneja una mezcla de ambas. Todo depende de quien se encargue de escribir o relatar la historia. Quien más poder de escritura tiene y más sentido de propagar un hecho tiene más ventaja de que su crónica sea, con el tiempo, la más aceptada.

Amable lector….. toma mis palabras con un grano de sal, ya que son solo reflejo de mis pensamientos.

Rafael González Bartrina. Rafael González y Bartrina. Miembro del Seminario de Historia de Baja California y del Consejo de Administración del Museo de Historia de Ensenada A. C. rafaelgonzalezbartrina@gmail.com
 
 

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