Desde hace bastante tiempo y sobre todo durante el siglo XX hemos presenciado en las sociedades occidentales grandes avances en la visibilización y en materia de derechos de las personas de la diversidad sexual empezando por los hombres homosexuales, seguido por las lesbianas por una cuestión de invisibilidad histórica, luego de las personas bisexuales y más recientemente de las personas transgénero y transexuales, y un poquito menos de los y las travestis.

Algo común es que dentro de los grupos de activismo LGBTTTIQ, las personas intersexuales sean minoría. Esto se debe a varios factores incluyendo el hecho de que las otras formas de diversidad sexual tienen mayor historia de lucha y presencia, además de que se trata de una serie de características poco entendidas incluso desde lo médico, y por tanto poco habladas incluso dentro del seno familiar, sin olvidar que proporcionalmente la población es menor en tamaño.

Desde luego que si existe el activismo, si bien se ha hecho de una forma distinta a las marchas y eventos históricos que han sido característicos de otros colectivos dentro de la diversidad. Lo primero sería comprender de qué se trata y por qué es diferente de otras sexualidades no binarias.

Las condiciones intersexuales pueden darse por una serie de factores que suceden durante diferentes etapas de la gestación. Es decir, si al momento de la fecundación uno de los dos cromosomas viene incompleto o supernumerario (quedan más de dos cromosomas sexuales), se da una condición intersexual. Sin que esto suceda necesariamente, al momento de la diferenciación gonadal (momento en el que se forman los ovarios en la mayoría de las niñas y los testículos en la mayoría de los niños) puede ocurrir que se desarrollen de forma atípica las estructuras necesarias para eso y provocar diferentes tipos de intersexualidad que no siempre son visibles.

Además de esto, existen otras posibilidades donde la diferenciación fenotípica (la apariencia externa) de los órganos sexuales se dé de manera atípica por mayor presencia o ausencia de diferentes compuestos en la placenta, como son los andrógenos.

Un ejemplo de intersexualidad es el conocido como hermafroditismo, si bien no es el único. También existen los pseudohermafroditismos femeninos y masculinos, el síndrome de Turner, el síndrome de Klinefelter, entre otros.

Hasta ahora los logros del activismo van desde los inicios de la comprensión de que no se debería hacer cirugías de “corrección” a los órganos sexuales ni bombardeos hormonales a bebés recién nacidos para que sean educados para un molde en el que podrían no caber. La mayoría de estos procedimientos se hacen por cuestiones “estéticas” para tranquilidad de las personas alrededor de ese bebé, y para que quepa en el molde binario con el que tradicionalmente se concibe la sexualidad.

Previendo esto, Juan Luis Álvarez-Gayou, sexólogo mexicano de renombre internacional, reconoce como concepto de sexo a “todos los aspectos biológicos genéticamente heredados que colocan a los individuos de una especie en un continuo en cuyos extremos se encontrarán los reproductivamente complementarios”. Esta definición nos lleva por fuerza a dejar de lado la visión binaria de que solo hay dos sexos, sino que puede haber combinaciones y ausencias tan diversas como las que plantea la intersexualidad y otras formas de la diversidad sexual.

Lo más sabio será siempre esperar a que la persona crezca un poco y los más cercanos a su cuidado se den cuenta con cuál género se identifica y hacer lo propio para que se desarrolle de la forma que sea correcta para él o ella.

De otra forma lo que se estará promoviendo es hacer una cirugía o serie de ellas que son mutilantes, pueden quitar la sensibilidad de los órganos externos para poder sentir el placer que su roce naturalmente tiene, además de provocar infertilidad cuando la propia condición intersexual pudiera no hacerlo por default. Esto sin mencionar que las personas intersexuales que son sometidas a cirugías “correctivas” sin su consentimiento son vulneradas en sus derechos humanos y en muchos casos viven con los sentimientos que usualmente se vive una mutilación, lo cual puede incluir frustración, inadecuación, entre otros.

Un avance en el mundo del activismo es que en Alemania desde hace casi tres años existe la casilla en el formato del acta de nacimiento donde se especifica que el sexo es indefinido, lo cual ha sido celebrado porque incluye este tipo de casos pudiendo cambiar de categoría al crecer la persona, y por otro lado ha sido criticado porque viola la privacidad de quien porta dicha acta de nacimiento.

El reconocimiento por parte de las asociaciones médicas de muchas partes del mundo de la falta de conocimientos sobre el tema y la falta de planteamientos legales del reconocimiento y respeto de la intersexualidad hacen necesario que sigamos planteando otras formas de abordarla.