Ha sido un inicio mucho más complicado de lo presupuestado. Mucho más. Un inicio que ya generó varias jaquecas en el alcalde y empresario, Marco Antonio Novelo Osuna.
A sesenta días de iniciada su administración, Novelo no ha logrado armonizar las relaciones al interior de su primer círculo de colaboradores, en donde la lucha por las posiciones de poder ya causó varias bajas.
El clásico protagonismo del que llega como bendecido por Dios a corregir todo lo malo se advierte en muchos funcionarios de primer nivel, incluso en aquellos que ya habían transitado en otras administraciones municipales.
La repartición de posiciones ha sido otro factor de división en el incipiente gobierno de Marco Novelo. Y ahí están como ejemplo los casos de Mario Alberto Cabrera e Iván Barbosa Ochoa.
Mientras Mario Alberto Cabrera Mendoza, coordinador de Asuntos Gubernamentales se atrinchera con su gente en las dependencias cercanas a la oficina de la Presidencia, el secretario general, Iván Alonso Barbosa Ochoa, hace lo mismo en posiciones claves, como es el caso de Oficialía Mayor y la Dirección de Servicios Públicos e Infraestructura.
Cabrera Mendoza procura cualquier oportunidad que se le presenta, dentro y fuera de las instalaciones de Palacio Municipal, para vender su cercanía al primer edil. Barbosa Ochoa trabaja, en tanto, en lo interno y con sus simpatizantes para afianzas sus aspiraciones políticas.
Se sabe que este ultimo ansia convertirse en el candidato del PRI a la diputación federal en las elecciones del 2018; la alcaldía es otro asunto que le espanta el sueño.
Igual pasa con otros funcionarios de primer y segundo nivel. Es la lucha por acaparar poder. La lucha que desgasta y desnutre.
Y con este entorno desgastante en que se encuentran inmersos algunos de sus colaboradores y apenas transcurridos los primeros sesenta días, Novelo difícilmente podrá transitar con acierto en el exterior.
Requiere pues, hoy que está en tiempo, poner las cosas en orden y a cada uno de los suyos en el lugar y la tarea asignada.
No tiene de otra.
Y es que el reclamo y la exigencia de una sociedad fastidiada es más que evidente. Se ocupa de un alcalde que, arropado en lo interno, atienda con acierto los problemas que afuera obstruyen el desarrollo y se contraponen a las aspiraciones de bienestar de los ensenadenses.
Seguridad pública, servicios, eficiencia administrativa, transparencia, inversión y desarrollo social, son temas que figuran en la lista de prioridades del empresario que hoy, porque el así lo busco, despacha como alcalde.
Y si él se metió en este predicamento, él mismo tiene que encontrar la salida.
Pero primero lo primero.
Novelo ocupa poner orden en su equipo y a cada quien en su lugar.
No tiene de otra.
Y es que apenas van sesenta días.