Según un estudio publicado del Fraunhofer Institute for Building Physics, la percepción del sabor y el aroma de las comidas y bebidas es muy diferente en tierra que a gran altitud, y en este caso particular, hablaremos de lo que ocurre durante un vuelo comercial. La apreciación de lo que comemos y bebemos se ve influida por la presión, la cantidad de oxígeno disponible en el torrente sanguíneo y la disminución de la eficacia de los receptores del gusto y los aromas, sumándose al estrés que sufren la mayoría de los pasajeros. Sustentado en los motivos anteriores, muchas de las aerolíneas han emprendido la estrategia de mejorar el menú, sobre todo en la clase premier buscando sabores y aromas de mayor intensidad, utilizando recetas con ingredientes vigorosos, en muchas ocasiones procedentes de chefs de renombre mundial; en cuanto a las bebidas, la cerveza artesanal Besty es el mejor ejemplo, se conceptualizó precisamente para este segmento del mercado de “altura” o sea de 35 mil pies, es producto de una alianza entre la cervecería Hong Kong Brewing Company y la aerolínea Cathay Pacific. Betsy es una cerveza de trigo sin filtrar combinada con una variedad de lúpulo procedente del Reino Unido que aporta un amargor equilibrado, y como ingredientes adicionales contiene también miel de abeja y una fruta nativa de china que se traduce como “ojo de dragón”, además posee un 10% más de carbonatación que las cervezas tradicionales.

Cathay Pacific comenta que el objetivo de esta alianza es poder ofrecer una experiencia de calidad a sus pasajeros mientras disfrutan de la comida o la bebida, por ello han trabajado durante mucho tiempo con empresas, restaurantes y cocineros, a fin de poder ofrecer platos y bebidas que puedan ser disfrutados durante el vuelo como si se consumieran en tierra. La cerveza Betsy es el resultado de esa inquietud por ofrecer lo mejor en un vuelo a los pasajeros más exigentes.