Navegando por internet encontré recientemente un artículo que habla sobre una industria japonesa que se dedica a fabricar lo que ellos llaman Party Pants (pantaletas de fiesta) que tienen un accesorio poco común: un material que ayuda a resaltar los labios mayores, produciendo que estos se noten artificialmente con la ropa puesta, lo cual es conocido en los países de habla anglosajona como “camel toe”, que se traduce como pie de camello. No se necesita mucha imaginación para saber por qué.

Es curioso, pues en la fuente original se menciona que esta compañía los produce desde hace mucho para las mujeres transgénero y transexuales que desean hacer notar su anatomía femenina con ayuda de este singular accesorio, pero que en corto tiempo los han comenzado a comprar las mujeres cisgénero como parte de una moda de resaltar lo mismo, aparentemente para tener mayor atractivo sexual.

Desde luego es extraño y digno de análisis, pues respecto a este tema las mujeres comentamos en general que esto además de ser poco estético, es muy incomodo, pues si el “camel toe” es muy notorio de manera natural es porque el pantalón de verdad nos queda pequeño o algo pasa con el corte que no es adecuado para nuestra figura.

Sin embargo, pensemos. ¿Qué sucede para que sea antiestético siendo que los hombres aparentemente pueden resaltar su anatomía sexual sin problema? Es aquí donde pueden observarse diferencias en cuanto a lo que es y no es parejo en cuanto a la estética de los géneros.

Otro dato observable es el doble mensaje de que las mujeres para “vernos bien” debemos usar sostenes que resalten, separen, redondeen y saquen lo mejor de nuestra figura en cuanto a lo que las mamas respecta. Pero cuidado con mostrar sutil o abiertamente nuestra anatomía pélvica frontal porque eso no es bien visto.

Por estos y otros detalles esta ropa interior, que ya no se limita a las esponjas asistentes de los sostenes o de la parte trasera de las pantaletas, es llamativa, pues aunque esta moda aparentemente existe en Japón y otros países al grado de dar un elemento de consumo para las mujeres tanto cis como transgénero, da una señal de otra posible costumbre que merma la salud tanto como el verdadero sentido estético de la sexualidad.

Por un lado recordemos lo mencionado acerca de la talla de la ropa. Cuando está lo suficientemente apretada para poder hacer notar claramente los labios mayores existe un riesgo inminente de rozaduras que pueden llevar a que proliferen bacterias de manera que surjan infecciones indeseables.

Si la ropa da cabida al accesorio frontal de los Party Pants no existe la parte de las rozaduras, pero no olvidemos que la ropa interior ideal para la salud de las mujeres debe ser de algodón para que sea absorbente y a la vez pueda dejar respirar la piel de esa zona tan delicada del cuerpo, lo cual no sucede cuando tenemos un accesorio de un grosor indeterminado pero seguramente mucho mayor al de una pantaleta común.

Por último en el sentido estético aclaro que no me refiero a que las mujeres deberíamos vernos como muñecas asexuadas. Al contrario, todas las personas deberíamos tener la oportunidad de sentirnos cómodas en nuestra propia piel desnuda y vestida como a cada quien se le antoje.

Sin embargo, resaltar innecesariamente los labios mayores es un refuerzo de la genitalización de la sexualidad y crea falsas expectativas sobre el cuerpo, al igual que los sostenes con esponja, los pantalones maravillosos y otros trucos que nos ayudan a encajar en un molde por un rato en lugar de reconocernos en la realidad que vivimos y que no tendría por qué ser diferente o motivo de vergüenza.

Con esto resalto que si tenemos unos labios mayores prominentes tampoco hay que necesariamente luchar hasta el cansancio por esconderlos.