Esta semana, el día 31 de marzo para ser concretos, la casa de subastas de Paris, Francia Drouot puso a la venta 68 piezas de arte precolombino. Con un total de venta que supera los 3 millones de Euros (poco mas de 60 millones de pesos) las piezas en subasta pertenecían a una colección privada de un millonario estadounidense fallecido, no identificado. La procedencia de las piezas era: 59 de México, 6 de Costa Rica, 2 de Ecuador y 1 de Perú.
El gobierno de México, por medio de Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, presento futilmente un reclamo y solicito se detuviera la subasta hasta que se pudiera corroborar la autenticidad de las piezas. A propósito de autenticidad, el INAH tiene identificadas como falsas 34 piezas y 27 autenticas. El caso se centra que las piezas auténticas pertenecen legítimamente al pueblo de México. Y las réplicas (reales) son propiedad privada.
El gobierno de Ecuador, por medio de su embajadora en Paris María de la Paz Donoso, también, presentó una protesta y califico como tráfico ilícito de propiedad nacional.
Por su parte la compañía subastadora Drouot desestimo las aseveraciones mexicanas y ecuatorianas y expreso su opinión a que los gobiernos latinoamericanos “deberían colaborar con las casas de subasta” ya que al poner las obras a la venta de manera legal es “el mejor remedio” contra el tráfico ilícito.
Sobresale entre las piezas a subastar la “Venus de Chupicuaro” de unos 2,500 años de antigüedad. Esta pieza fue la mejor cotizada ya que se vendió en más de un cuarto de millón de euros (más de 5 y medio millón de pesos)
En Baja California ha sido bastante común que los “historiadores”, “exploradores”, y “estudiosos de la naturaleza” recolecten piezas y artículos de valor histórico con el pretexto de que “están tirados” o “ si yo no lo levanto, alguien más lo hará”
Aquí en Ensenada hay múltiples “colecciones” de objetos ROBADOS a nuestro patrimonio y que son exhibidos sin el menor empacho y causando admiración en lugar de vergüenza. Y no hablo de puntas de flecha o metates, sino de campanas misionales, figuras de madera o cerámica, reliquias pre-históricas, etc. Simplemente no tenemos educación histórica y estamos enseñando a nuestros hijos a depredar nuestro patrimonio.
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