En muchas áreas del quehacer humano existe un antes y después de Internet, incluso algunos analistas plantean un parte aguas de manera más específica: antes y después de las redes sociales. Recientemente repartir Likes desencadenó un serio problema legal para un ciudadano europeo.
El asunto fue en Suiza, donde la corte decidió condenar a un hombre por cargos de difamación luego de él expresó "su gusto" en Facebook a varios comentarios que a su vez eran difamatorios. Respaldo indirecto, dijo la corte de Zurich.
El hecho es que el sentenciado otorgó varios likes desde su cuenta a varias publicaciones escritas por otra persona... comentarios antisemitas, racistas y facistas contra un activista que trabaja en la defensa de los derechos para animales.
Al llegar el asunto a la corte se le cuestionó sobre la veracidad de los comentarios y al no tener argumentos para probarlos o al menos ofrecer un parámetro que los diera por verdaderos, decidió la forma en que se pronunció la corte.
El dictamen señala: “El acusado claramente respaldó el contenido impropio y se lo apropió”, por lo que se le condenó a pagar cuatro mil francos suizos (aproximadamente 4,100 dólares).
Facebook por su parte se lavó las manos, pues expresaron que el caso “no tiene relación directa” con la red social donde todo sucedió.
Al parecer no existen otros antecedentes de que una corte interprete un like como un responsabilidad jurídica, aunque los hechos sucedieron antes de que Facebook ampliara los íconos de reacción pues como se recordará, a principios de 2016 era la única manera de expresarse de forma rápida ante una publicación.