La administración deficiente de los recursos, la insolvencia para atender los compromisos financieros contraídos y los escuetos resultados en el rubro de ingresos propios, tiene al municipio de Ensenada con una etiqueta de "observación negativa" por parte de organismos certificadores.

Tal es el caso de HR Ratings, una calificadora nacional reconocida por la Comisión Bancaria y de Valores, y que preciso en un informe que la "observación negativa" al ayuntamiento ensenadense se deriva de una insuficiente seguridad para el pago oportuno de obligaciones de deuda, incertidumbre en sus proyecciones financieras y expectativas poco alentadoras en las acciones para elevar sus ingresos propios. Se precisa que Ensenada como entidad de gobierno mantiene alto riesgo crediticio.

De ahí, pues, que una cosa sea él discurso fácil y a brote pronto, y otra el panorama real que enfrenta el Gobierno municipal en materia financiera y que, a decir de instancias prestigiadas, se encuentra distante de los caminos recomendados.

Vocera

Marco Novelo, como Enrique Pelayo en su momento, consideró que sus desaciertos en materia de comunicación social se resolverían cambiando al titular área. Y que si el relevo llegaba de fuera, mucho mejor.

Por eso la llegada de Martha Eugenia Dávila a la dirección de comunicación social del XXII Ayuntamiento ensenadense. Dávila estaba en Mexicali, su ciudad de asentamiento familiar y profesional, cuando le llego el ofrecimiento.

Le llamaron de parte de Novelo, luego este le ratifico la propuesta laboral. "Que ocupaba de sus servicios profesionales", le dijo, de acuerdo a un colaborador cercano del alcalde.

Una petición muy pero muy similar a la que en su momento le hizo Enrique Pelayo Torres.

Ambos, Novelo y Pelayo, no encontraron en Ensenada a un periodista que cumpliera sus expectativas para hacerse cargo de la dirección de comunicación social.

Pelayo, con todo y ese soporte foráneo, termino con una imagen hecha pedazos.

Habrá que ver cómo le va a Novelo.

Playa

Más vale tarde que nunca. El gobierno municipal se decidió por fin a terminar con los excesos que se cometían en la extensión de la Playa Municipal.

Considerada como una extensión de la zona de tolerancia, la playa había sido tomada por cientos de personas para la ingesta de bebidas y otros excesos. Excesos evidentemente tolerados por la autoridad.

Pero ante el reclamo ciudadano y luego de una trifulca campal, Marco Novelo ordeno poner orden en la zona y aplicar la ley a los infractores.

Hoy la extensión de la Playa Municipal luce sin "tomadores", sin música de banda y de grupos norteños, sin el peregrinar de vendedores ambulantes.

Una buena para Novelo.