En la actualidad, ya no nos sorprende la intervención de los robots en los procesos de producción y de servicio, de hecho, he citado en esta columna varios ejemplos de ellos en la industria restaurantera. En esta ocasión quiero hablarles de Spyce, un restaurante robotizado que cocina comidas complejas avaladas por el chef Daniel Boulud ganador de 2 estrellas Michelin, porque me parece un concepto de mucha innovación.
Esta es la historia de cuatro estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts, pertenecientes al equipo de waterpolo que estaban cansados de gastar en almuerzos y cenas comunes y que además, teniendo apetito atlético, requerían de una mejor nutrición pero al mismo tiempo su presupuesto estudiantil no les permitía acceder a comida de calidad. Un día soñaron con una alternativa: tener un robot que cocinara comidas sabrosas y nutritivas; las sirviera y por si fuera poco, limpiara todo después. Estos muchachos, estudiantes de ingeniería y obsesionados con la robótica, decidieron dejar de quejarse y comenzaron a construir un robot en el sótano de la fraternidad. Tardaron casi dos años pero finalmente su sueño se hizo realidad y lograron abrir su primer restaurante en la ciudad de Boston.