La historia de Cristina Martínez se parece a la de muchos indocumentados que radican en nuestro vecino del norte. Se casó a los 16 años con un hombre que resultó ser un golpeador, por este motivo decidió cruzar ilegalmente hacia EEUU buscando un nuevo horizonte para ella y para su hija que se quedó en su pueblo natal, Capulhuac, Estado de México.

A pesar de que no existe una estadística oficial del porcentaje de personas que intentan cruzar la línea para llegar a su destino final, sabemos que muchas se quedan en el camino, por lo que considero que Cristina tuvo mucha suerte de haberlo logrado. Lo más sorprendente es que en su calidad de indocumentada, lograra la apertura de su restaurante South Philly Barbacoa, en Filadelfia, Pensilvania. Quizá el éxito de Cristina obedece a su pasión por compartir la cultura gastronómica de su pueblo, que por muchos es considerado como la Capital de la Barbacoa. Como resultado de esta pasión sus platillos son de gran calidad y gracias a su esfuerzo y sazón, en 2016 su negocio fue nombrado como uno de los diez mejores nuevos restaurantes en EEUU, por la revista Bon Appétit. Espero que Cristina nos siga motivando, y que la inclusión en esta quinta temporada de chefs table sea un aliciente para continuar superándose y llegue a pertenecer a las ligas mayores de los cocineros.