Menos tratándose de ciudadanos extranjeros!

Las caravanas de migrantes que se enfilan rumbo a esta frontera y cuyas avanzadas ya llegaron, terminarán por convertirse en un foco rojo, en una bomba de tiempo que no tardará mucho en estallar.

Y en serio que no es exageración, ni tampoco una postura discriminatoria con estos miles de centroamericanos que aspiran a mejores condiciones de vida.

Eso es un punto que no está a discusión.

Lo que está sobre la mesa y que si genera alarma, es que estos ciudadanos de países centroamericanos pretendan imponer condiciones en un país ajeno.

Ellos no pueden decidir las carreteras que toman, ni los destinos para asentarse; su estancia en el país para empezar es de carácter ilegal y por lo mismo deben sujetarse a las políticas migratorias de Mexico.

Que es necesario brindarles apoyo, claro que si. Ese otro punto tampoco está a discusión. Pero debe ser apoyos también en las medidas y formas que puede el país.

El gobierno federal, en su administración que sale, terminó por lavarse las manos y en lugar de poner orden en al frontera sur, abrió las puertas.

Entidades del sureste mexicano, sabiendo que el objetivo de las caravanas es llegar a la frontera con Estados Unidos, hasta facilidades les dieron a los migrantes para abandonar lo más rápido su territorio.

Igual paso con las autoridades capitalinas. Auditorios para pernoctar, asistencia médica y alimentos para lo migrantes. Y para enfilarlos a la frontera hasta el metro les pusieron a su disposición.

Y así se mueven las caravanas de migrantes rumbo a Baja California, rumbo a esta parte del país que se convertirá en su freno y en su decepción.

Y esto pues lo sabe el gobierno mexicano.

Y bien que lo sabe dado que en múltiples ocasiones el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado que las caravanas no entrarán a su país.

Entonces, sabiendo de la negativa de la autoridad vecina, porque se permite que las caravanas avancen hacia la frontera con todos los riesgos que estos implica.

Ciertamente las autoridades locales han adolecido de una postura enérgica para advertir al gobierno federal, de lo que puede ocurrir cuando los centroamericanos entren en un clima de desesperación.

No vinieron de tan lejos por una simple negativa. Ni tampoco se regresarán a sus países al día siguiente como si nada hubiera pasado.

Seguramente que tratarán de ir más lejos en sus reclamos y la posibilidad de un bloqueo de las garitas fronterizas estará latente.

Y pensar en un bloqueo de las garitas es pensar en el caos, en el desorden y en todas las consecuencias políticas, sociales y económicas que de ello se derivan.

Qué harán los gobiernos locales ante lo que viene? De donde los recursos para atender a una población migrante que puede incrementarse conforme pases los días? Hasta donde estará dispuesto a actuar el gobierno mexicano ante posible eventualidad en la línea fronteriza?

Vaya predicamento en el que estamos inmersos!