La Dieta Planetaria es un modelo alimentario que busca la salud y la sostenibilidad; en cambio, con el sistema alimentario actual, proliferan las enfermedades como el cáncer, la diabetes y los problemas cardiovasculares. La producción actual de alimentos es una fuente importante de emisiones de gases efecto invernadero, causante de escasez de agua y pérdida de biodiversidad y es la fuente de nutrientes inorgánicos que extermina el litoral marítimo, por lo que es importante revertir esta tendencia.

Esta iniciativa sobre nutrición fue presentada por la Comisión EAT– Lancet, formada por un grupo de investigadores de diferentes disciplinas y de prestigio internacional. Es una comisión sin ánimos de lucro creada por la Fundación Stordalen, el Centro de Resiliencia de Estocolmo y la organización de investigación biomédica Wellcome Trust.

Para los investigadores, una dieta saludable y universal, está integrada principalmente por frutas y verduras, granos enteros, legumbres, nueces y aceites insaturados, que incluye una ingesta reducida de pescados y mariscos, carne de aves de corral y poca o ninguna carne roja y procesada, sin azúcares añadidos, granos refinados ni vegetales con almidón.

Se establecieron cinco estrategias que permitirán transformar el sistema alimentario actual:

1)- Buscar el compromiso nacional e internacional para cambiar hacia un modelo de dieta saludable.

2)- Llevar a cabo una reorientación de las prioridades agrícolas para que la producción esté centrada en alimentos saludables.

3)- El actual sistema alimentario mundial es insostenible, lo que requiere una revolución agrícola que se base en impulsar la sostenibilidad y la innovación.

4)- Establecer nuevas políticas a nivel mundial para no aumentar las tierras agrícolas en ecosistemas naturales y bosques; restaurar y reforestar tierras degradadas; la conservación de la biodiversidad a fin de salvaguardar la resiliencia y la productividad alimentaria; sistema de gestión de los océanos para que el sector pesquero no afecte negativamente al ecosistema, y que utilicen de forma responsable y sostenible.

5)- Procurar reducir, de forma sustancial, la cantidad de alimentos que se pierden y desperdician en la cadena alimentaria, en todos sus eslabones en un 50%.

A pesar de ser una iniciativa que beneficia al planeta y a la población, tenemos que aceptar que existen demasiados intereses económicos que pueden impedir que se lleven a cabo algunos de los objetivos antes mencionados, sin embargo, no debemos dejar de luchar por conseguirlos.