Pero, en serio, de su ronco pecho pueden salir cosas peores.

Y si no que le pregunten a quienes lo conocen de tiempo atrás.

Bonilla no es muy refinado en sus expresiones, mucho menos cuando se ve alterado.

Recientemente, el mandatario estatal dijo que los empresarios que se oponen al alza de impuestos “lloraban como puercos atorados”.

Obviamente sus expresiones no gustaron, mucho menos en aquellos a los que calificó de puercos llorones.

Alguien de sus colaboradores cercanos, alguien que se arme de valor, tendrá que decirle al jefe del ejecutivo estatal que busque rutas distintas para comunicarse.

San Quintín

Dicen que nadie sabe para quien trabaja, y esto puede aplicarse a la perfección con la pretendida municipalización de San Quintín.

Pocos desconocen que la zona sur de Ensenada fungió como bastión electoral del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Sus militantes asentados allá cambiaron el curso de elecciones que se consideraban ya perdidas.

Atrincherados y adormilados ahora, los priiistas pueden ver en la municipalización de San Quintín la rendija para levantarse.

Dicen que lo que bien se aprende no se olvida y los priistas aprendieron muy bien como mover sus estructuras.

Morena sin proponérselo, podría estar haciendo la tarea para que otros la aprovechen.

Carnaval

Pues nada, que solo un empresario compro las bases para participar en la licitación del carnaval.

Las exigencias económicas que fijó el municipio espantaron al resto de interesados. Y es que pedir tres millones de pesos a cambio de ceder la organización del festejo, resultó una vacilada.

Ahora el municipio está atorado en sus propias redes, ya que el único empresario que se apuntó, bien puede fijar ahora sus condiciones.

Organizarlo de manera directa es la otra salida que tiene la autoridad local. Una salida que puede resultar descabellada con eso de que no tiene recursos para cumplir con la prestación de servicios básicos, mucho menos para organizar carnavales.