Presumiendo las causas del malestar, el médico indica en una hoja de papel, en su mayoría en forma rectangular, los pasos a seguir: los medicamentos, los periodos y forma de tomarlos.

Y luego viene el exhorto obligado: Cuídese: espero se sienta mejor y venga de nuevo si las molestias persisten.

El médico entonces cumple con una regla básica de indagar, diagnósticar y proponer una cura.

Aplicado lo anterior a lo que ocurre con la pandemia en Baja California y en especial en Ensenada, de nada sirve que el titular de la Secretaría de Salud, Alonso Perez Rico, nos diga de que padecemos si no propone la cura.

Ya nos dijo que Ensenada puede ser el epicentro de la pandemia, pero no extendió la receta sobre el qué hacer para evitarlo.

Ya nos dijo, con todo y mapita, cuales son las colonias del puerto con más número de contagios, pero no dijo qué hacer de manera precisa en esos lugares.

Nos dice todas las mañanas, acompañando al gobernador, de muchos números y graficas, pero no aclara ni las dudas, ni las contradicciones que son más que evidentes.

Nos falta entonces la receta doctor Perez Rico!

Y es que sin receta, todo paciente que se sienta aquejado por un mal saldrá más preocupado del consultorio.

Y con la posibilidad de automedicarse.

Como ocurre con la pandemia.

Y la auto medicación implica complicados riesgos. En serio!