La idea original de este articulo proviene del texto “El origen del cocktail” que compartió Leonardo González en el grupo de whatsapp “Profesionales de cocina”. Este es un texto que publicó Lucas de Palacio en 1948 en la revista Leoplan, que narra la historia de cómo nació la palabra cocktail a principios del siglo pasado en el puerto de San Francisco de Campeche. Resulta que, en aquel entonces, los mozos de las tabernas servían a los marinos ingleses las bebidas compuestas en la cristalería, y para mezclarlas, en vez de cucharas o palillos, utilizaban una raíz delgada y lisa de una planta originaria de esta región, llamada “cola de gallo” por su forma peculiar. Los parroquianos de altamar preguntaron qué era, y obtuvieron la traducción sintetizada de “cola de gallo” o “cock´s tail” en inglés; de esta forma se quedó la palabra cocktail como sinónimo de las bebidas compuestas.
La mixología, es el arte de hacer cocktails, mezcla de aromas, colores, sabores y texturas. La palabra puede proceder del término en inglés mix, que significa mezclar o de mixologist, la persona experta en crear mezclas entre sabores. Por lo general, estas bebidas contienen dos o más tipos de “ingredientes”. Algunos de ellos son naturales, como jugos, frutas, miel, leche o crema, y algunos procesados como las bebidas carbonatadas, refresco, soda y el agua tónica.
Las formas de preparar los cocktails pueden ser: directo, refrescado, agitado, frozzen y flameado. Y las clasificaciones son: aperitivos, digestivos, reconstituyentes, de media tarde, refrescantes y de invierno.
Millones de cocktails se sirven en cada rincón del mundo, y orgullosamente, uno de ellos es ensenadense, que ha adquirido fama mundial. Este cocktail, como casi todos saben, se prepara a base de tequila, licor de naranja y jugo de limón y se sirve como frappe en una copa escarchada con sal. Por cierto, la copa, tiene el mismo nombre que la bebida: la margarita.