ADVERTENCIA: Si eres uno de esos millenials mamadores gluten free, que sataniza la manteca de puerco, busca la juventud eterna en una cucharada de aceite de oliva, pide salsa de la que no pica, anda en bicicleta de bamboo y en todos lados quiere pagar con tarjeta... sacarracate alv de aquí, orale, alv! Estos burritos son para la gente auténtica, que disfruta del sabor de los alimentos a la vieja usanza, que le echa un chingo de salsa aunque las agruras lo maten, gente de verdad, que sale todas las mañanas a rifársela, madres trabajadoras, padres pisteadores que disfrutan más una caguama en la banqueta con amigos que una cheve artesanal rodeado de puro instagramero de cheet.
Por su puesto estamos hablando del maistro de la montaña de telas, toda una institución, un pilar, una figura hegemónica en el negocio de la venta de burritos del bello puerto. Don maistro de la montaña de telas tiene 45 años en este business, osea que yo aún era un diminuto meco en el testículo de mi señor padre cuando este guerrero de la vida ya deleitaba paladares.
Me atrevería a decir que son los más buenos de la ciudad, solo hay de dos, de frijol refrito con manteca y quesito fresco, y de machaca con papas. Las tortillas son hechas a mano y la salsa pica machín, pero está bien buena.
Así que no pierdan la oportunidad de pedir uno de cada uno y juntarlos en uno solo así como un servidor lo acaba de hacer. Don maistro de la montaña se encuentra ubicado en la avenida Juárez y Guadupe, si quieren probar este manjar tienen que llegar antes de las 8 porque se le acaban temprano.
En mi última visita no estaba don maistro, en su lugar estaban atendiendo dos amables mujeres y me comentaron que estaba en casa descansando pero me aseguraron que él seguía preparando los burros y así lo pude constatar al probarlos.
Le voy a dar un 9.7 de calificación y la razón por la que no le pongo 10 es porque se me hizo medio chacal el precio de 20 pesos por ejemplar, estoy pobre cabrones, que se le va hacer.