Los cultivos verticales son una técnica de agricultura que se realiza en espacios verticales, como paredes o rascacielos, en lugar de en el suelo. Este método permite cultivar plantas de forma apilada, lo que optimiza el uso del espacio y la luz. Su origen se remonta a Los jardines colgantes de Babilonia y a los invernaderos de la antigua Roma donde aprovechaban al máximo los espacios limitados para producir alimentos.
En tiempos modernos, fue el profesor Dickson Despommier de la Universidad de Columbia quien desarrolló el concepto de agricultura vertical durante un período de 10 años con estudiantes de posgrado en una clase de ecología médica a partir de 1999. No obstante, la combinación de las siguientes tecnologías en los últimos años ha permitido que esta idea evolucione hacia modelos más avanzados y viables:
• Hidroponía: método de cultivo de plantas que se realiza en agua con nutrientes.
• Aeroponía: técnica de cultivo de plantas que se realiza sin suelo, en un ambiente cerrado o semicerrado.
• Acuaponía: sistema de producción de plantas y peces que combina la acuicultura y la hidroponía, por lo cual, los desechos de los peces se utilizan como fertilizante para las plantas, mientras que las raíces de las plantas purifican el agua.
Hoy en día, las granjas verticales se han establecidos en edificios altos, en almacenes reacondicionados o naves industriales abandonadas, permitiendo el cultivo en áreas urbanas con una gran densidad poblacional.
Recientemente, durante la Cumbre Mundial sobre Tecnología Agrícola celebrado en Dubái, se pusieron como ejemplos de éxito las empresas Pure Harvest y Below Farm, que encontraron el equilibrio entre innovación tecnológica y viabilidad económica, aprovechando esta tecnología de los cultivos verticales como un modelo de negocios para hacer frente a los retos alimentarios del siglo XXI.