Recientemente, en una de las conferencias del XXI Concurso Internacional “Ensenada Tierra del Vino”, “la Musa de la Vendimia”, María Isabel Mijares y García Pelayo, mencionó que el país en general, y Ensenada en lo particular, no reconocen lo suficiente la calidad de los vinos mexicanos, y por lo tanto se siguen consumiendo mayormente etiquetas de importación. Este comentario coincide con las cifras que manejó Ramón Vélez, director del Consejo Mexicano Vitivinícola publicado el 3 de junio en El Economista: en los últimos cuatro años ha disminuido un 5% anual el consumo de vinos mexicanos; actualmente el 70% de vinos que consumimos son extranjeros.
Existen muchas razones y causales para lo anterior, desde un William Shakespeare que reflexionó “El precio de las cosas debería depender de su mérito, jamás de su epíteto” hasta una técnica que tú y yo usamos todos los días, el análisis costo-beneficio, porque para la inmensa mayoría de los consumidores mexicanos, importa mucho más nuestra economía que la conciencia patriótica, y es que, en promedio, los vinos nacionales presentan el doble de precio que los importados.
Para fortuna nuestra, existen algunas empresas locales que están haciendo “contra-corriente” para favorecer el consumo de nuestros vinos, cito en esta ocasión a dos de ellos:
La Cava de L.A.Cetto
Este lugar nació con el objetivo de promover su propio vino, sorprendiendo al público con un servicio de vinos y ambigú a costo de distribuidor, el éxito comercial no se hizo esperar, y por primera vez, una marca de vinos mexicanos le ganó a los vinos importados con un precio más bajo, cada vez que comparto este acierto, me acuerdo de la frase de Arthur Koestler “Cuanto más original es un descubrimiento, más obvio parece después”.
Hacienda Guadalupe
Gaby Melchum y Daniel Sánchez nos demuestran que no es suficiente la convicción y puesta en marcha de una cocina sostenible, a estos factores se tiene que agregar uno más: ser accesible al bolsillo de los consumidores. La frescura y la procedencia de los insumos que utilizan para elaborar sus platillos, no impiden que los precios de su menú sean justos, para sorpresa de muchos, también es uno de los lugares donde más se promueven los vinos de la región, con una exhibición de 150 etiquetas perfectamente conservadas y listas para degustarse, lugar ideal para disfrutarse después de realizar un recorrido por las galerías de El Museo del vino.