Ensenada, como cualquier destino turístico, recibe cada año visitantes motivados por propósitos u objetivos diferentes, de tal suerte que encontramos a quienes nos visitan sólo para conocer y experimentar determinado tipo de comidas y bebidas particulares de la región, otros desean conocer las especialidades gastronómicas que se preparan con motivos especiales ó de temporada e incluso algunos vienen a aprender a cocinarlos. Todos estos visitantes tienen un punto en común: descubrir nuevas sensaciones y experiencias culinarias, a esto le llamamos Turismo Gastronómico, que está creciendo gradualmente en el ámbito global.
La historia de la alimentación está ligada primero con la supervivencia, sin embargo, con la revolución francesa llegó también la revolución gastronómica que cambió la forma de apreciar los alimentos. Examinar este fenómeno es tarea que compete tanto a científicos, historiadores, sociólogos y a todos aquellos que se interesan por los problemas, las cualidades y los defectos del hombre, y en conjunto, a los interesados por la vida.
Por su relación directa o indirecta, la gastronomía es motivo de estudio multidisciplinar y se relaciona principalmente con:
• Biología
• Antropología
• Sociología
• Filosofía
• Física
• Química
• Matemáticas
• Psicología
• Economía
• Religión
La gastronomía, como componente del turismo está generando dos tendencias: la necesidad de la alimentación como una necesidad fisiológica de sobrevivencia y el gusto por vivir una experiencia gastronómica que no se encuentra en su lugar de origen, hecho en sí mismo que motiva el traslado, lo que ha sido ya comprobado y cuantificado en países como España, en donde el turismo gastronómico especializado sumó casi 6 millones de visitantes en 2012.
Ensenada, desde hace muchos años, cuenta con una gran oferta gastronómica, la mayoría de ella ha sido desarrollada sin mucha fundamentación teórica científica y de manera utópica, sin procesos de planificación por ser uno de los aspectos menos valorados por los técnicos y especialistas del sector, sin embargo, la llegada de la EEG, colocó la primera piedra para revertir esta tendencia.