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Espías alemanes en Ensenada

Durante la primera guerra mundial

  
Nota publicada el 25 de junio de 2015
por Rafael González Bartrina

En esta ocasión, se presenta una crónica del descubrimiento de un grupo de espías alemanes en Ensenada a inicios de la primera guerra mundial. Según consta en varias publicaciones de diarios extranjeros, los hechos a los que nos vamos a referir sucedieron de la siguiente manera:

Unas semanas después del principio de la primera guerra mundial (28 de julio de 1914 al 11 de noviembre de 1918) un grupo de tres hombres llegaron a Ensenada, Baja California.

Se identificaban y actuaban como mineros, actividad bastante popular en ese tiempo especialmente en la zona al este de Ensenada. Sin embargo, había algo que los hacía notar diferentes. Decían tener en su posesión una maquina electrónica que les permitiría ubicar yacimientos de oro tanto en la superficie así como hasta profundidades de 2,000 pies (609 metros aproximadamente).

Su fuerte acento indicaba que eran extranjeros, mas ninguno de ellos admitía ser de origen alemán. Hubo quien los sorprendiera, accidentalmente, hablando entre ellos en el idioma alemán.

Se trasladaron a bordo de un par de carretas y un grupo de mulas, con dirección al Valle de Santa Clara, remontándose en uno de los cerros aledaños y a una altura 4,000 pies (unos 1,220 metros).

Habían celebrado contrato con una de las compañías mineras, por el arrendamiento de uno de sus denuncios. Prontamente iniciaron los trabajos de erección de su maquinaria localizadora de oro. Los pobladores de El Álamo tenían un gran interés de seguir de cerca los trabajos de estos 3 personajes.

Se notó un cierto tráfico inusual de transporte de materiales diversos que procedían de Ensenada. No solo a los pobladores de El Álamo se les había despertado la curiosidad, también a los oficiales de gobierno les llamo la atención el constante acarreo de los diversos materiales que les llegaban.

Debido a las dificultades en la comunicación, consiguieron habilitar una línea de teléfono, que se hallaba abandonada y sin uso. Logrando establecer comunicación entre El Álamo y Ensenada. Tenían su propio operador quien también manejaba la vieja línea telegráfica del lugar. Logrando comunicarse con Tijuana y por ende, a diversos lugares de los Estados Unidos.

Los trabajos, aparentemente, se desarrollaban normalmente. Se les notaba que trabajaban con cierto grado de intensidad. Lo que en realidad intentaban, era hacer contacto con dos cruceros alemanes, el Núremberg y el Leipzig que se hallaban en alta mar fuera de Ensenada.

Sin embargo, el vice-cónsul ingles en Ensenada, recibió informes de la sospechosa actitud de los tres extranjeros y decidió mandar a un agente encubierto para que los vigilara de cerca.

Dicho agente, regresó al cabo de 5 días con información concreta que en realidad estos individuos pretendían establecer una estación de radio comunicación. Los informes detallaban la erección de dos mástiles de 130 pies (40 metros aprox.) de altura cada uno. Había cuatro cables que se extendían entre los dos mástiles, al pie de uno de los mástiles estaba un pequeño cuarto hecho de madera, sin ventanas a donde entraban los cables que bajaban del mástil, así como las líneas de teléfono y telégrafo.

El reporte indicaba que la electricidad necesaria para la operación del radio transmisor era producida por medio de un generador eléctrico, de 26 amperes, que a su vez era propulsado por una banda conectada a un motor de vapor de 40 caballos, el mismo que anteriormente se utilizaba para operar el molino.

Desafortunadamente, descubrieron que este generador era insuficiente para producir la energía eléctrica necesaria para activar el transmisor en forma satisfactoria por lo que ya habían ordenado un generador de mayor capacidad de producción.

En la opinión del agente, la instalación de la estación de radio era de las más completas y potentes que se tuviera conocimiento en la zona del Pacifico.

El vice-cónsul solicitó la intervención de las autoridades. El día 30 de octubre de 1915 fueron arrestados los tres extranjeros, bajo cargo de violación a las leyes de neutralidad de México, en relación, a la guerra en Europa.

Los detenidos obtuvieron la libertad bajo fianza de 2,000 pesos oro en tanto se llevara a cabo las diligencias de juicio formal.

Las autoridades informaron que confiscaron las instalaciones clandestinas de radio, e informaron, también, que las mantendrían en uso para beneficio de la población de El Álamo.

Se supo que los tres, ya identificados como ciudadanos alemanes, habían sido desembarcados subrepticiamente del crucero Núremberg en septiembre de ese mismo año.

Sin embargo nunca se logró llegar a juzgar a los espías. Prontamente y bajo el amparo de las sombras de la noche, desaparecieron en las oscuras aguas del Pacifico.

* Fuente: Periódico Examniner de Launceston TAS 7250, Australia. 18 de enero de 1915.

Rafael González Bartrina. Rafael González y Bartrina. Miembro del Seminario de Historia de Baja California y del Consejo de Administración del Museo de Historia de Ensenada A. C. rafaelgonzalezbartrina@gmail.com
 
 

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