Recopilado por José Luis Fernández Ruiz; narrado por Dalila Sansone Ochoa hija de doña Mercedes. Escrito en julio de 1960
Ensenada tiene muchas mujeres heroicas que merecen el reconocimiento como forjadoras de Baja California, mujeres que con su motivación hicieron que los hombres se unieran a la defensa del territorio de Ensenada.
Nadie pensaba siquiera que detrás ese elegante vestido de los tiempos bellos y románticos que ha vivido nuestro México, se ocultaba una gran mujer toda bondad, toda abnegación, que contribuyó con su acendrado y decisivo patriotismo a expulsar de Baja California al intruso invasor de 1911. ¨Todo lo hice por mi patria ¨dijo doña Mercedes Ochoa de Sansone, al rendir su parte a la superioridad.
No hace mucho tiempo que doña Mercedes Ochoa de Sansone dejo de existir en esta ciudad de Ensenada, tenía 72 años de edad cuando por voluntad divina, tuvo que hacer el viaje a la eternidad y es cuando los ángeles y Dios agigantaron su figura y próximamente cuando ya su ejemplar heroísmo haya trascendido para todos los ámbitos del país, pasará a formar de la pléyade de verdaderos héroes y gracias a estos, desde la iniciación de nuestra independencia gozamos de esta paz tan caramente conquistada.
Para hacer llegar con más fuerza la lectura de la personalidad de doña Mercedes haremos una pequeña biografía de ella, que de seguro interesara al público Ensenadense, pues al público siempre le apasiona saber de qué parte de la republica son las personas que como doña Mercedes ofrendaron sus vidas en aras del ideal patrio.
Doña Mercedes Ochoa Goyeneche de Sansone nació en Guaymas Sonora en 1887,siendo hija de Heraclio Ochoa y doña Luisa Goyeneche. Cuando tenía un año de edad, sus padres decidieron abandonar Guaymas para radicarse en este bello puerto de Ensenada, donde sin pensarlo siquiera, la pequeña Mercedes sería de las indicadas por el destino para formar parte de los heroicos defensores de 1911, cuando la invasión filibustera trató de apoderarse de la Baja California capitaneada por renegados mexicanos y por aventureros yanquis que pesaban que en México, y en especial en Baja California, no existían patriotas de la talla de doña Mercedes y de otras personas que pudieran defender al suelo patrio a costa de sus vidas.
Don Heraclio Ochoa desde Guaymas se dedicaba al comercio, por lo tanto estableció un comercio en la avenida Ruiz y calle segunda, y su residencia en la avenida Ruiz y calle primera.
Corría el tiempo en completa calma para la familia Ochoa cuando en 1911 se desencadenó la codicia filibustera y entonces todos los patriotas Baja Californianos tuvieron que exponer sus vidas en defensa de Baja California y se aprestaron a formar entre hombres y mujeres los batallones que defenderían palmo a palmo este rincón de la patria.
Por aras del destino la ciudad de Tijuana fue la que vio el heroísmo de doña Mercedes. Seguramente la familia Ochoa ya formando parte de la defensa organizada, se trasladó a encarar a los invasores en el último reducto que quedaba, pues ya había estado desplazado en distintas partes del Distrito Norte.
Cuando en Tijuana se libraba la última batalla para desterrar definitivamente al invasor, y que fue la más encarnizada y cruenta, doña Mercedes sintió que su patriotismo la impulsaba a desarrollar uno de sus actos más trascendentales de su vida, pues ella se encontraba en la línea de defensa y sin miramientos de ninguna especie se apodero de un caballo que tenía un soldado Baja Californiano.
La quisieron detener pero con valentía se lanzó a través del rio Tijuana y entre el fragor de las balas, granadas y ametralladoras vino a dar parte de la superioridad ¨el enemigo está siendo vencido y es cuestión de un momento su derrota¨ y así fue los filibusteros tuvieron que refugiarse en San Ysidro para no ser capturados y pasados por las armas.
Al rendir su parte doña Mercedes dijo: ¨No sentí el menor temor de ser muerta y todo lo que hice no fue por mí o mi familia fue por mi querida Baja California y por mi Patria.¨
Falleció 18 de diciembre de 1959.