Tipo de Cambio
Compra
Venta
29/11/2024
$19.82
$20.24

Happy blowday, celebración sexual

En serio... hablemos de sexo

  
Nota publicada el 2 de octubre de 2013
por Rocío Linares

Antenoche leí una nota sobre una chica italiana que al cumplir sus 18 años, y por tanto su mayoría de edad, celebró “soplando” 18 velas muy particulares pertenecientes a las partes “pudendas” del mismo número de invitados varones en su fiesta. Finalmente la chica termina internada en el hospital por lo que se describe únicamente como una “bomba estomacal” que requirió de un lavado gástrico.

Todo el asunto me lleva a preguntarme si este estándar de la mayoría de edad a los 18 años (en algunos países) ha sido explicado tanto a adultos como a jóvenes en términos de sus obligaciones civiles además de sus “libertades” y lo que implican, como por ejemplo la asunción de las consecuencias de nuestros propios actos, que era claro que la protagonista del evento no tenía, pues según la nota ella decía “he cumplido 18 años, ahora puedo hacer lo que quiera”. Más allá de nuestros preceptos morales al respecto, sabemos que lo último en pasar por su cabeza fue la posibilidad de un lavado gástrico, y que tal vez de haberlo tomado en cuenta, habría celebrado su mayoría de edad en condiciones más convencionales.

En muchos ámbitos hemos confundido “libertad” con “libertinaje”, y la diferencia radica en cómo respetamos y buscamos nuestra propia integridad y evitamos el daño de la misma, así como de otras personas. Para esto es necesaria la madurez tanto fisiológica como cognitiva que cumplir 18 años no garantiza, pues si bien hay edades aproximadas para la sucesión de la primera, nada garantiza la evolución de la segunda, aunque un factor es el ámbito social donde nos desenvolvemos.

No podemos hablar de sociedad sin hablar de falocracia y género, especialmente en los temas que se refieren a la sexualidad, y es bien interesante suponer que si un joven decide celebrar de la misma manera con invitadas mujeres, tal vez no se habría escrito una nota al respecto, pues los hombres históricamente gozan de ciertos permisos que si las mujeres toman, se convierten en objeto de señalamientos. Esto sin tomar en cuenta que un hombre tal vez no terminaría en el hospital por intoxicación. Obviamente no implico que los hombres puedan hacer cualquier cosa sin un señalamiento, pero se hace de una manera distinta. Otro asunto dentro del género es que ella celebra otorgando un placer a sus invitados, cosa para la que las mujeres estamos socialmente condicionadas aun a expensas de nuestro propio bienestar.

¿De dónde aprendemos sobre libertad sexual? Usualmente, al menos en nuestro país, la sexualidad se enseña en casa como un secreto y en la escuela como algo de lo que debemos tener miedo, pues nos puede llevar a infecciones de transmisión sexual que se asocian a la muerte, la deformidad o al embarazo no deseado. En ninguno de esos temas tocamos la libertad pero si el miedo que se convierte en una pastilla obsoleta, pues ambas condiciones se siguen dando. Por tanto, en cuanto a libertad y su confusión con el libertinaje, podemos quedar en manos tanto de amigos y amigas, incluso maestros y maestras en iguales condiciones de desinformación, como de la pornografía.

La pornografía tiene dos usos: el del placer y el de la educación, pues aunque es una realidad que muchas cosas que aparecen ahí no son como aparentan, las personas se siguen educando con ese recurso para el acto sexual, lo que nos puede dejar con visiones y ambiciones sexuales fuera de la realidad y dar en diferentes resultados que incluyen el lavado gástrico de esta chica.

¿Por qué un lavado gástrico? Se ha dicho que practicar el sexo oral es saludable (en las condiciones adecuadas de higiene y si nuestra ideología lo permite) y el semen es una sustancia que en cantidades pequeñas no hace ningún mal a menos que provenga de una persona con una enfermedad contagiosa. Sin embargo, 18 dosis de semen de diferentes varones en un periodo corto traen consigo cantidades de enzimas, colesterol, hormonas, etc. que el cuerpo no puede asimilar. Sabemos una vez más que el exceso es lo que daña.

Algo en lo que los educadores y las educadoras de la sexualidad hacemos mucho hincapié es en las prácticas del sexo seguro y el sexo protegido de la que hablaremos con mayor detalle en otra nota. Sin embargo, es importante mencionar que entre las múltiples consecuencias sociales, psíquicas y físicas del sexo oral, está la posibilidad de una infección de transmisión sexual, con mayor razón si se hace con más de una pareja sin las medidas de protección necesarias. En el caso de esta práctica, se recomienda colocar correctamente un condón (saborizado o no) evitando morderlo o rasgarlo y no retirarlo hasta terminar el acto.

Antes hablábamos de excesos dañinos, libertad y libertinaje, lo que por último me lleva a la reflexión sobre este entendido que tenemos acerca de que grandes cantidades de sexo dan como resultado una mayor satisfacción sexual cuando esto no necesariamente es de esa manera, y que en realidad lo que buscamos es la plenitud de nuestras relaciones interpersonales y con nuestro ser, lo que poco tiene que ver con el encuentro con otra parte del cuerpo de alguien sin un sentido ni un verdadero gozo, se alcance o no el orgasmo, se ame o no a la otra persona.

Rocío Linares. Licenciada en Psicología UABC. Maestra en Sexología Educativa, Sensibilización y Manejo de Grupos IMESEX. rociolj84@gmail.com
 
 

Regresar  Imprimir Enviar por email

Derechos Reservados 2024. Queda prohibida la reproducción total o parcial de la nota sin la autorización previa y por escrito de Ensenada Net.

 
|
| Ensenada.net es presentado por : TDM