En Arabia Saudita, un juez concedió el divorcio a una mujer que utilizó como prueba una serie de mensajes de texto que su esposo le había enviado por medio de la aplicación WhaysApp.
La historia fue publicada por un diario Saudí, que relata como un hombre envió en repetidas ocasiones a su esposa, mensajes con referencias a un divorcio que oficialmente no quería, como trató de explicar posteriormente al juez, a quien dijo que la palabra se había incluido por error.
El juez, radicado en la ciudad de Medina, consideró que al estar la palabra divorcio en tres mensajes no se trataba de un error y falló a favor de la mujer, que efectivamente deseaba finalizar el matrimonio.
Aunque cada día son más las historias que relacionan le percepción sobre las personas por lo que estas dejan escrito en las redes sociales, son relativamente pocos los asuntos donde un fallo judicial toma como prueba estos textos.
Y no se trata de un problema menor. De hecho, existe una investigación en la que participan la Universidad Complutense de Madrid y la Universisdad Carlos III de la misma ciudad, con el fin de arrojar luz sobre los problemas legales a lo que se pueden enfrentar usuarios de las llamadas redes sociales.
Aunque el tema puede enfocarse desde muchas perspectivas, se menciona como reto el poder definir los problemas legales relacionados con la propiedad intelectual, la vida privada, los datos personales, la vida privada y el honor.
El avance en esta materia, en el que cada país va a su propio paso, tarde o temprano derivará en cambios a las leyes y a la aplicación de las mismas.
Cuando esto suceda, personas que frecuentemente emiten opiniones sobre terceros, deberán cuidar cada una de sus palabras ante la posibilidad de tener que afrontar las consecuencias legales correspondientes.