Jacob B. Hanson, originario de Noruega llega a Baja California en la segunda mitad del siglo XVIII, 1882. Tuvo un amor a primera vista al encontrar la Sierra de Juárez y la hoy llamada, en su recuerdo, Laguna Hanson, decíamos de su amor a primera vista que motivó que comprara a los Srs. Urrea y Eggleton una substancial extensión de terreno con el fin de criar ganado de buena calidad. El comercio de la ganadería le rindió muy buenos frutos. Creó una considerable fortuna que, al no haber bancos donde depositara el producto de las ventas del ganado, se especulaba, ya desde entonces, que Hanson escondía su riqueza en algún lugar de su rancho.
En julio de1885 el Sr. Hanson se dirigía a San Diego a bordo de una calesa (Una calesa es un carruaje de cuatro y, más comúnmente, de dos ruedas, tirado por caballerías con taburete delantero para el conductor, por dentro con dos o cuatro asientos «cara a cara» de madera cubierto por capota de vaqueta, abierto por delante y resguardado parcialmente de la intemperie por detrás. Sobre esta se apoyan los pasajeros sirviendo de este modo de respaldo el carruaje). Al parecer llegó al pequeño poblado de Campo, que se localiza a escasos kilómetros al norte de la frontera California-Baja California, donde desapareció misteriosamente.
Este pequeño poblado de Campo, cuyo nombre original era Milquetay por los nativos Kiliwas y rebautizado por los hermanos Silas Edward y Luman Humphrey Gaskill quienes eran los dueños del hotel, de la tienda, del establo y herrería y más de 360 hectáreas de terreno, 400 colmenas de abejas y además controlaban a base de pistola y balas toda esa zona hasta los linderos del poblado de Tecate, en ese tiempo controlado por cuatreros facinerosos y forajidos. Por tal motivo, en su recorrido de Sierra Juárez a San Diego lo tenía que hacer el Sr. Hanson con sumo cuidado y tomando muchas precauciones.
Eran los primeros días del mes de agosto, una semana aproximadamente después de la desaparición del Sr. Hanson cuando fue descubierta, cerca de Campo la calesa de su propiedad, se notaba que había sido re-pintada recientemente con el intento de cubrir las marcas dejadas por unos perdigones de escopeta. Posteriormente se comentó por vecinos el hecho que se había visto la calesa de Hanson en el establo de donde desapareció misteriosamente. La esposa de Jacob Hanson fue a Ensenada donde se entrevistó con el Gobernador Juan E. Montenegro quien personalmente se trasladó a la Sierra de Juárez, dándose cuenta que un grupo de ocho individuos armados de apariencia extranjeros que se encontraban dentro de los límites de la propiedad de la familia Hanson, por lo que opto por regresar a Ensenada y reclutar siete voluntarios para que lo acompañaran a él y tres “rurales”. Al llegar al rancho de Hanson, sorprendieron y atraparon a tres de los intrusos: Luman Gaskill, James Ward y Andreas Adams. El primer cargo del que fueron acusados era el de cambiar ilegalmente las marcas de propiedad, de Hanson, en el ganado. Adams confesó que había visto a Gaskill y Ward con la calesa de Hanson, y además, con la cartera y documentación de la víctima. Gaskill fue condenado a 4 años y 17 dias, para cumplirse en la población de La Paz. Al cabo de 30 días en las celdas del cuartel en Ensenada y no habiendo fondos para trasladarlo a La Paz; además de resultar costoso el mantenimiento diario, Gaskill fue liberado bajo la condición que se reportara con el Gobernador cada tercer día.
No sabemos con exactitud qué tan puntualmente cumplió su “libertad condicionada”. La propiedad de los hermanos Gaskill en Campo, California, fue puesta a la venta en 1901 y Luman Gaskill murió en Whittier California en 1914.
La propiedad de Jacob B. Hanson fue materialmente destruida por los buscadores furtivos, de la sospechada riqueza enterrada. Nunca nadie admitió haberla encontrado.