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Pavo o Guajolote

Cena favorita de muchos Ensenadenses

  
Nota publicada el 17 de diciembre de 2013
por Antonio Sujo

El proceso de domesticación del pavo se produjo alrededor del comienzo del primer milenio de nuestra era, y fue obra de los pueblos indígenas de las regiones centrales de México.

El agriotipo empleado fue el guajolote o pavo salvaje mexicano (Meleagris gallopavo mexicana), una subespecie del pavo salvaje común (Meleagris gallopavo), especie que vive en los bosques de México y los Estados Unidos.

Esta subespecie habitaba en las montañas de la meseta este y central de México, en los estados de Veracruz, Guerrero, y Jalisco. Los habitantes de estas áreas utilizaban de él su carne y huevos como fuente de proteína, y sus plumas las empleaban con fines ornamentales.

Históricamente, los aztecas asociaron al pavo con su dios Tezcatlipoca y posteriormente, en el año 1498, los conquistadores españoles, de regreso a Europa llevaron consigo pavos domésticos —con el nombre de gallinas de Indias— con lo cual se inició su reproducción en ese continente, primero en España, y luego en otros países, todos ellos desarrollaron razas propias, consiguiendo aves de carne apetecible, rápido crecimiento y gran tamaño. A Inglaterra llegaron en el año 1521 desde Turquía, razón por la cual el pavo se denomina en inglés turkey (turco).

Los ingleses lo repatriaron a América, al introducirlo en sus colonias de América del Norte. Allí, en la región de Nueva Inglaterra crearon la (raza Bronceada) mediante cruzas entre el pavo doméstico y la subespecie salvaje que habitaba en los bosques de los montes Apalaches. Antes del siglo XX, una cena de Navidad con pavo era un lujo sólo para pudientes, los que con él reemplazaban al típico ganso de las mesas de las clases obreras.

Varios acontecimientos durante el siglo XX hicieron que el precio de su carne se redujera drásticamente, tornándose más asequible a las clases humildes, haciendo del pavo fresco un alimento barato y fácilmente disponible.

A partir de mediados del siglo pasado, la producción avícola intensiva y la refrigeración, permitieron que pavos congelados puedan ser enviados a mercados distantes, llegando de esta manera a la mesa de muchos hogares en la época navideña, buen provecho.

Antonio Sujo. Cazador de historias deliciosas. Estudió Gastronomía y Administración en la UABC, también es docente e investigador.
 
 

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