Con la llegada de los anteojos y relojes inteligentes se anunció que varias compañías trabajarían sobre un sistema operativo para productos de vestir, lo que se veía lejano, sin embargo, los anillos inteligentes son ahora una novedad que busca captar la atención de los inversionistas.
Por el momento apuestan por la conectividad vía Bluetooth para establecer el contacto con un televisor, la computadora, el celular o cualquier otro dispositivo susceptible de ser controlado con un ligero movimiento de mano, o de dedo.
Anush Elangovan, quien fuera desarrollador en Google, encabeza el equipo que la semana pasada presentó el anillo Nod, del que se dice: “permitirá interactuar con todos los dispositivos que están a su alrededor”.
Las aplicaciones para el anillo van desde controlar música, interactuar con presentaciones en la oficina, seleccionar alguna película en sistemas de video bajo demanda, avanzar las hojas de un libro electrónico que se despliega en el televisor, escribir mensajes en el aire o abrir la puerta de una cochera.
Aunque tecnológicamente se trata de productos altamente innovadores, el futuro no es algo claro para ellos: el mundo se encuentra polarizado entre los que sostienen que serán una revolución total y los que les auguran un rotundo fracaso económico.
El experto en tecnología David Cuen, explica el entusiasmo por estos dispositivos con dos razones sencillas: la tecnología es cada vez más personal y el mercado móvil está saturado.