En 1947, La húngara Maria Telkesi, diseñó un sistema de calefacción solar para el Dover Sun House, en Dover, Massachusetts, el invento sentó las bases para la cocina solar de la actualidad. Existen aparatos de manufacturación casera y de fabricación industrial, por lo general son dos tipos de artefactos que permiten cocinar alimentos usando el sol como fuente de energía:
• De concentración. Se basan en concentrar la radiación solar en un punto, típicamente a través de un reflector parabólico; en dicho punto se coloca la olla que cocinará los alimentos, se generan altas temperaturas que permiten freír alimentos o hervir agua. Funciona de manera semejante a una cocina de gas.
• De caja. Es un cubo térmicamente aislado, diseñado para capturar la energía solar y mantener caliente su interior. Los materiales generalmente son de baja conducción de calor, lo que reduce el riesgo de quemaduras a los usuarios y evita la posibilidad de incendio tanto de la cocina como del lugar en el que se utiliza, conservando así su sabor y valor nutritivo.
A pesar de que la cocina solar presenta muchas ventajas, no es muy usada porque la mayoría de la gente desconoce su existencia. Los países pobres y que tienen un clima idóneo para ello, son los que más usan este tipo de cocina.
México, a pesar de ser uno de los seis países con mayor nivel de radiación solar y con una gran cantidad de población viviendo en la pobreza, ha desaprovechado este método de cocción, que bien podría ayudar a mejorar la economía familiar, además de contribuir reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero.