El internet marca algunas tendencias de la moda que tienden a ser pasajeras y entretenidas para las personas. Un ejemplo de esto es el “selfie”, que ha venido a revolucionar la socialización alrededor de las redes sociales y fuera de ellas.
Otra moda reciente es la que trata de que las mujeres se tomen fotos topless durante sus viajes y las suban a un proyecto titulado “The Topless Tour Project”, iniciativa de las viajeras Olivia Edginton, Lydia Buckler e Ingvild Marstein Olsen. Este movimiento ha tenido un recibimiento nada despreciable de ya más de 10 mil personas en su página de Facebook, y es interesante que las chicas muestren su torso desnudo a modo de celebración del paisaje que visitan.
Uno de los principales logros, según incluso las mismas familias de las participantes, es la percepción de libertad y aceptación que las jóvenes tienen al participar mostrando aquello que a la vez de íntimo, no es censurado según los estatutos de las redes sociales, pues en realidad muestran su torso y no su pecho. De esta manera, ellas pueden mostrarse tal cual son, disfrutando del turismo y de su propio cuerpo sin exhibirlo de una manera que pueda resultar ofensiva o degradante.
Esto nos puede poner a analizar las muchas maneras en las que mujeres de diversas partes del mundo están luchando por expresarse a través del topless en diferentes circunstancias, como aquellas en donde desfilan con mensajes pintados en el torso respecto a la política y la realidad de sus comunidades.
A su vez, hace poco se celebró el Festival de Cine de Cannes, donde una joven se coló en la alfombra roja, siendo posteriormente evacuada de la misma no sin antes haber sido fotografiada más de una vez y levantando una serie de especulaciones sobre su propósito en el evento y el mensaje del que ella sería portadora.
De esta manera, podemos ver como es cada vez más necesario no solo expresarnos como mujeres, en nuestra feminidad y dominio de la misma, sino como ciudadanas cuestionadoras de que para nosotras está absurdamente prohibido mostrar el pecho, de manera que, por ejemplo, no es correcto sentarse a amamantar a un bebé sin además preocuparse de tener una cobija encima, pero en otras circunstancias si se puede mostrar un escote pronunciado para ganar un ascenso laboral.