La ESA (Asociación Europea de Snacks) argumenta que la información que contienen las etiquetas de los alimentos procesados no tiene ningún valor para los consumidores, pero dar a conocerla en detalle es un problema de logística para los fabricantes, ya que es prácticamente imposible cumplir las exigencias de los compradores, sobre todo porque las materias primas con las que se elaboran los alimentos no proceden de una única fuente.
Por ejemplo, las papas que se utilizan para elaborar las papas fritas proceden de diferentes países, cada año se puede cambiar hasta seis veces de tipo u origen de ellas; a esto hay que añadir que el suministro lo realizan entre 50 y 70 productores distintos.
Imagínense un producto que contiene mayor número de ingredientes, es realmente imposible. Para este sector es una grave preocupación, ya que la complejidad de la trazabilidad hace que prácticamente sea inviable dar a conocer con precisión el origen de los componentes.
Todo indica que una solución para este cuello de botella son tecnologías similares al GS1 GoScan, una aplicación con la que los consumidores pueden acceder a todo tipo de información de un producto a través del smartphone con sólo escanear la etiqueta, por lo que ya no resultaría tan problemática la logística o el espacio existente en las etiquetas alimentarias, al mismo tiempo permitiría crear tu propio perfil para recibir un email con la información exacta de lo que necesitas en función de tus necesidades dietéticas y de tu estilo de vida.