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El viaje de los Pai

O cuando no existían nuestras fronteras.

  
Nota publicada el 20 de febrero de 2015
por Manuel Sánchez

Ir a medio camino a San Diego y darte cuenta de que no traes visa: la tragedia. Espero que a nadie le haya sucedido esto. A pesar de estar a unas cuantas horas de Ensenada, llegar a California puede ser más difícil que cruzar el Mar de Cortés. La frontera, objeto de sin fin de estudios, documentales y críticas, nos recuerda que de ahí para allá no es nuestro territorio. Tenemos límites.

Esta división política es moderna. No tiene más de 200 años el reconocimiento de una “alta” y “baja” california. Por lo anterior, se puede concluir que esta línea era insignificante para los pobladores yumanos, los primeros que habitaron la zona. Para ellos, cruzar estos dos territorios era cotidiano y sencillo. No tenían límites.

En efecto, la única división de territorios que había era aquella dispuesta por las mismas comunidades indígenas, e incluso esto podría ponerse en duda. Reflexiones antropológicas sobre los primeros habitantes de la Baja California Sur sugieren que las fronteras entre los territorios de las tribus del desierto no eran tan contundentes e inmutables. Estaban relacionadas con otros factores, como la época del año, la relación familiar, la recolección y la caza.

En el mapa que viene abajo se encuentra la división de los grupos yumanos –en verde– con respecto a las comunidades vecinas pertenecientes a otras familias lingüísticas. Hay dos grupos que he resaltado: los llamados “Upland yumans”, integrados por los walapai, havasupai y yavapai en Estados Unidos; el otro grupo son los paipai, en Baja California. Ambos pertenecen al sub-grupo Pai, de la familia lingüística yumana.

Todos los demás grupos yumanos tienen el común denominador de que, en un territorio más o menos definido, se pueden encontrar distintas versiones de una lengua. Pero el grupo Pai es el único de la familia lingüística yumana que tiene dos ramas separadas por más de 200 kilómetros.

La pregunta no se hizo esperar: ¿cómo es esto posible? ¿fueron una misma tribu? ¿cuándo se separaron? Los investigadores norteamericanos de mediados del siglo pasado evidenciaron este hecho en distintos textos. En específico, fue Joel Judith y su trabajo de clasificación de lenguas yumanas, la que aportó pruebas lingüísticas para relacionar estas dos ramas y fortalecer la propuesta del sub-grupo Pai. A sí mismo, fue esta investigadora la que en 1998, en su texto “Another look at the Paipai-Arizona Pai divergence” planteó la hipótesis de que los paipai formaron parte, hace algunos cientos de años, de un grupo que fue descendiendo conforme iba cambiando el clima de la región. En ese trabajo presenta una recopilación de pruebas arqueológicas del posible recorrido.

En el 2013, Don Laylander, un antropólogo estadounidense, publica un artículo llamado “Three Hypotheses to Explain Pai Origins”. Expone que, sumado a la hipótesis de Joel Judith (northern hypotheses), existirían otras dos hipótesis de la separación de estos dos grupos. Tal vez todo el grupo viajó hasta el territorio tradicional de los paipai y posteriormente se separaron (southern hypotheses); o el grupo completo viajó hasta el delta del rio Colorado y fue ahí en donde se separaron, tomando rumbos contrarios (central hypotheses).

Este artículo hace notar lo complejo de rastrear comportamientos prehistóricos. Pero también da cuenta de que se puede echar mano de los conocimientos de distintas ciencias para poder fortalecer o descartar una hipótesis.

Parte de las conclusiones, de acuerdo a las ciencias que las respaldan, son: los préstamos del español no son los mismos en los dos grupos (upland yuman & paipai), por lo que se sugiere que la separación sucedió hace más de 500 años. Comparten rasgos culturales con sus vecinos “actuales” (los establecidos en el mapa), pero entre los dos casi no hay similitudes. Esto sugiere, o que los grupos se separaron hace mucho más de 500 años, o que uno de los dos grupos permite una gran innovación y préstamo de otros grupos.

Aproximaciones desde la antropología física sugieren que hay relación parental, sin embargo, es difícil profundizar en esta clase de estudios debido a los problemas ético-culturales que con llevan. Además, los grupos yumanos tuvieron la costumbre de quemar a sus difuntos, por lo que restos óseos son difíciles de encontrar.

Por otro lado, existe una metodología para datar la separación entre variedades de una misma lengua.

La glotocronología propone un método por demás controversial entre los lingüistas. Con mencionar que, aplicado a este caso, se sugieren separaciones entre los 1,000 y 2,000 años, dependiendo del investigador. Laylander coincide con que las lenguas se separaron alrededor de los 500-1000 años D.C. Con ello, concluye que la primera hipótesis (northern) es la más viable. No obstante, por la misma naturaleza de este tipo de preguntas, faltan trabajos por hacer.

Plantearse, y tratar de responder estas preguntas implica conocer el pasado de nuestra región. Entre la investigación documental, preguntarles a otros investigadores y, finalmente, inferir conclusiones propias, necesariamente implica relacionarse más con este lugar en el que vives.

Para mayor información pueden consultar:

Laylander, D. (2013) Three Hypotheses to Explain Pai Origins. Pacific Coast Archaological Society Quarterly, Volumen 50, Números 3 y 4.

Judith, J. (1998) “ Another look at the Paipai-Arizona Pai divergence” en Studies in American Indian Languages: Description and Theory, edited by Leanne Hinton and Pamela Munro. Berkeley: University of California Publications. Número 131, pp. 32-40

Manuel Sánchez. Licenciado en Sociología y Ciencias de la Comunicación UABC. Maestro en Lingüística por la UNISON. manuel.wortens@gmail.com.
 
 

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