Semáforo Delictivo es un movimiento que se dedica a hablar sobre diferentes delitos y su prevalencia en el país, así como diferentes modos de prevención y otros datos importantes sobre ellos. En esta nota, me dedicaré a plasmar los detalles más actualizados que Semáforo proporciona acerca de la violación.
La violación es un delito que consiste en una agresión sexual que se produce cuando una persona tiene acceso sexual a otra mediante el empleo de violencia física o psicológica o mediante el uso de mecanismos que anulan el consentimiento de la persona ofendida o cuando ella no puede dar su consentimiento, como es el caso de las personas con discapacidad mental o las personas en estado de inconsciencia.
La violación tiene un impacto devastador y se lleva a cabo sobre todo por hombres con mujeres menores de edad. En México en el 2013, la media nacional era de 11 casos por cada 100 000 habitantes al mes. Nuestro estado estaba por encima de la media nacional con 17. Hay que considerar que no en todos los estados existe la misma predisposición a denunciar.
El sexo predominante de las víctimas es femenino con el 92%. En cuanto a las edades, se encontraron casos hasta en niñas de 4 años de edad, siendo la pubertad y la adolescencia las etapas con mayores posibilidades para ser víctimas de tales incidentes. En los varones la gráfica repunta a los 10 y 11 años de edad únicamente.
La agresión es cometida con mayor incidencia (el 60%) por un pariente cercano, aproximadamente el 30% por un conocido y el 10% por un desconocido. En general, los parientes cercanos más comunes son el padrastro, los tíos, el papá y el esposo. Si no es pariente cercano, se trata de un vecino, un amigo o el novio.
El lugar de la agresión es el 70% en casa, el 21% en la vía pública.
El mayor factor de riesgo es la confianza, por ejemplo en las figuras de autoridad como los sacerdotes, maestros, entrenadores deportivos, entre otras.
Entre el consumo de sustancias aledaño a la violación prolifera alcohol (60%) por encima de otras sustancias. En el 20% de los casos no había adicción o consumo.
La violación es de los delitos que menos se denuncian en el país, aproximadamente el 80% de las personas encuestadas en el 2014 no presentaron denuncia, comparable al 2012 donde el 87% tampoco lo hizo. Esto por desgracia significa que si conocemos a una persona que fue víctima de violación, hay otras cuatro personas que no le han dicho a nadie.
En general, los factores por los que no se presenta la denuncia son sociofamiliares, pues la vergüenza es un factor importante, así como el miedo al agresor (que como ya vimos, frecuentemente está dentro de la casa). Además está el miedo a que no les crean cuando digan lo que pasó, o que la familia no desea que la situación se externe, entre otros factores. Este último motivo se conoce como una “doble violación”, pues la familia reproduce la agresión al descalificar la importancia y veracidad de lo que ocurre con la persona que ha sido violada. Casualmente todos estos motivos fueron más frecuentes que “porque creí que no le iban a hacer nada”. Esto nos dice mucho acerca de las trabas institucionales tanto a nivel Estado como a nivel familia y cuáles pesan más.
Entre los signos a observar en un menor de edad que ha sido víctima de una violación, están los cambios negativos en el comportamiento como tristeza, aislamiento y el miedo o evitación a una persona adulta en particular.
Algunos signos que se pueden observar en parientes y conocidos son la conducta o lenguaje violento hacia los menores en general o a uno en particular, las miradas lascivas, el deseo sospechoso de estar a solas con ellos o ellas. También los tocamientos, caricias o comentarios de contenido sexual que no son propios de una relación filial.
Algo importante es confiar en lo que dice la niña o el niño. Cuando somos pequeños no tenemos por qué mentir sobre nuestra sexualidad o nuestros miedos, esto lo aprendemos conforme vamos creciendo. Algo importante es separar cuanto antes al niño o niña del agresor, pues si esto no se hace, nos volvemos cómplices de la situación y caemos en lo que mencionaba hace rato sobre la “doble violación”.
Ante un ataque, se recomienda llamar al 066 en caso de tener un teléfono cerca; tratar de no mostrar miedo al caminar o hablar, ya que la vulnerabilidad es parte de los factores de excitación de los violadores; correr y/o gritar de ser posible; si nada de esto se puede, golpear con el codo, la rodilla o los puños en puntos vulnerables del cuerpo como son los órganos sexuales, la nariz, el cuello o la garganta. En última instancia, según los expertos, se puede fingir un ataque epiléptico o de vómito para ahuyentar al violador.
Entre los consejos que da el organismo para prevenir en el caso de las mujeres jóvenes, que son el mayor grupo de riesgo, está el no transitar a solas especialmente por la noche, llevar siempre celular con saldo, no beber en exceso ni con desconocidos, así como cuidar la bebida en todo momento. No se hacen recomendaciones en el caso de los varones para prevenir el acto o ser víctima de él, lo cual también nos habla sobre el hueco que aun existe en la ideología que nos lleva a nosotras a cuidarnos de algo que primordialmente los hombres hacen por una cuestión muy larga de explicar sobre el género.
Si la violación sucede, la mujer debe evitar bañarse o cambiarse de ropa antes de interponer la denuncia correspondiente. Cuando ya se cambie, es importante que la ropa se guarde en una bolsa de papel y no de plástico para no destruir la evidencia. Algo importante es que la víctima tiene derecho a la pastilla del día siguiente para no quedar embarazada.
En este informe se recomienda además un video titulado “El árbol de Chicoca” que plantea la prevención del abuso sexual infantil desde el punto de vista de los pequeños. Esto con títeres y en un lenguaje muy sencillo que hace fácil el mostrárselo a los niños y niñas para prevenir este delito y darnos cuenta de que ya ha sucedido en caso de ser así. Personalmente creo que el video tiene muchas cosas positivas, ya que no maneja el absolutismo de “nadie te debe tocar”, sino que aclara que si los niños se tocan solos no pasa nada y que habrá un momento en el que si desearemos ser tocados pero por alguien especial y no por un adulto abusivo.
Como conclusión agregaré que hace pocos días se conmemoró (no se celebra) el día internacional de la mujer, y aprovechando el momento esto es una invitación para que además de felicitar a las mujeres importantes alrededor de nosotros, también continuemos trabajando por un mundo más seguro, no solo para nosotras, sino para todos. Recordemos que el violador también tiene su historia que va más allá de lo que podemos ver en sus acciones.