Conocer una lengua es también conocer la cultura de un pueblo. El destino de sus instrumentos podrá retratarnos también el destino de su lengua, la cual es después de todo un instrumento de comunicación. Es por ello que en este caso les presento una pequeña redacción realizada por Ralph C. Michelsen, investigador norteamericano que documentó a los grupos yumanos de Baja California durante mediados del siglo pasado.
Este investigador tiene distintas publicaciones y un banco de información y fotografías que nos ayudan a viajar en el tiempo a una época completamente distinta a la que viven en la actualidad los antiguos pobladores de la península.
Uno de estos trabajos consistió en capturar escenas cotidianas de los paipai de Santa Catarina a través del pincel de uno de sus compañeros. La imagen que pueden observar abajo está publicada en una de las primeras entregas del Pacific Coast Archaeological Society Quaterly (PCASQ), por el año de 1970.
La que se retrata es Petra Higuera, una paipai del clan kwatl kewpai. En la imagen se ve como está trabajando con fibras que ha obtenido del agave. La cantidad suficiente para trabajar le ha costado dos días según nos relata Michelsen en este documento. Todavía trabajará todo un día en enrollar los 72 metros de cordel que le serán útiles para distintos amarres, cuerdas para el arco, y, principalmente, redes para la cosecha y cargar objetos.
En la imagen el artista ha retratado las fibras enterradas bajo arena, del lado derecho de la señora Petra, a su vez éstas se encuentran debajo de un pedazo de manta. Esto ayudará a que las fibras se mantengan flexibles. El material por sí mismo es bastante corrosivo, por ello, Petra tiene un pedazo de piel que le protege las piernas. Del lado derecho de la artesana hay un pequeño jarrón de barro que contiene cenizas. Éstas le ayudaran a lubricar las fibras y a proteger sus manos.
Las primeras cuerdas serán del tamaño natural de las fibras. Después, hará girar entre ellas estas primeras obras para ir construyendo la cuerda más larga. Cuando este proceso haya acabado, quemará las protuberancias para que el cordel tenga un mejor acabado.
El autor de este artículo nos menciona que este arte se ha perdido en la mayoría de las generaciones jóvenes de aquel entonces. Pronostica que Petra sería de las pocas artesanas que
quedan en manejar este tipo de cordel. Aunque esto tiene parte de razón, aún hay personas en la comunidad que conocen estas técnicas. Sin embargo, como también lo menciona el autor, ya no hay necesidad de usar este sistema. La última sentencia del autor la coloco aquí como pregunta. ¿Por qué las generaciones más jóvenes invertirían tanto tiempo y esfuerzo en algo tan trivial como un pedazo de cuerda?
Para mayors referencias: Michelsen, Ralph C. (1970) A piece of cordage. Pacific Coast Archaeological Society Quaterly (1), pp. 1-2.