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Tecnología sexual para viudas

En serio… hablemos de necrofilia erótica

  
Nota publicada el 6 de mayo de 2015
por Rocío Linares

Hace ya algunos ayeres les hablé de la diferencia entre la diferencia entre la necrofilia erótica y la no erótica, donde esta última tiene más que ver con el culto y celebración a la muerte que se da en nuestro país, y la erótica se refiere ya a la actividad sexual que implica contacto con un cadáver o símbolo de lo mismo.

Cuando le digo a mis alumnos que existe la necrofilia, las reacciones son casi siempre las mismas y supongo que esto es muy generalizado: creer que se está teniendo relaciones sexuales con una persona en rígido estado cadavérico, imagen mental que reciben haciendo gestos de asco y/o asombro.

Aclaro primero que esta práctica efectivamente puede incluir esta modalidad, pero existen otras tantas en la creatividad humana. Una de las más recientemente inventadas tiene que ver con la posibilidad no solo de tener relaciones sexuales con una persona difunta, sino que además de estar bien muerta, está en cenizas y su urna no es el clásico cajoncito que te llevas a casa después de los dolorosos rituales de pérdida que pueden incluir o no el velorio o los novenarios. Estoy hablando del “Kit de animación para viudas” cuya fotografía se muestra abajo.

Esta es la creación del artista Mark Stukenboom, cuyo proyecto se llama “21 gramos”, que es lo que según algunas creencias pesa el alma ya sin el cuerpo, y que es precisamente la cantidad de cenizas que le caben al consolador transparente que puede verse en la fotografía. Además de esto, se arregla un vaporizador con el perfume del difunto, una playlist y audífonos para el iPhone con sus canciones favoritas, y una elegante llave que la viuda puede llevar en el pecho como símbolo de amor y para cuidar su Kit de las manos curiosas.

Obviamente, las reacciones que este nuevo producto artístico-tecnológico ha desatado han sido controversiales y no hay demasiada gente deseando comprarlo, en parte por el morbo que provoca y por otro lado porque se dice que el papeleo no es sencillo.

Sea como sea, cabe mencionar que este artefacto trae consigo algunas implicaciones que nadie asegura que el autor haya tomado en cuenta.

Desde el punto de vista de la tanatología, la idea es que quien sufre una pérdida tan devastadora como la de la pareja, tenga un apoyo suficiente y productivo para poder procesar su pérdida. No es la idea que la viuda tenga como efecto secundario al uso de tan singular Kit, un duelo patológico que la llevaría no solo a dejar de rehacer su vida, sino a un estancamiento vital muy importante que ya de por sí está muy reforzado por la cultura aún falocéntrica, donde la mujer está supuesta a pertenecer al hombre y honrarlo de innumerables maneras aun después de muerto, e incluso después del divorcio.

Esto sin tomar en cuenta todas las cuestiones de bioética, espiritualidad y/o religión que implica el tener “trabajando” al esposo después de muerto en los fines requeridos por la viuda en cuestión.

Obviamente la mayoría de las viudas del mundo no estarán cómodas con la idea. Sin embargo, no deja de ser un producto notable que puede llegar a ser no solo de uso muy personal a pesar de todas las implicaciones antes mencionadas, sino objeto de colección, punto de partida para investigaciones que amplíen la visión de la necrofilia erótica más allá de quienes cometen exhumación o violación de difuntas o difuntos y que llevan a la idea no tan errada de que la necrofilia erótica es parte de la psicopatología humana.

Rocío Linares. Licenciada en Psicología UABC. Maestra en Sexología Educativa, Sensibilización y Manejo de Grupos IMESEX. rociolj84@gmail.com
 
 

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