La idea surge de la Vinícola Carmel Winery y del restaurante Catit, ambos de Israel, para lograr mejores imágenes de los platillos para los Smartphones, mediante una degustación en la que se enseña a los comensales a tomar fotos de los alimentos para luego subirlas a Instagram, -la red social y aplicación para compartir fotos y videos más grande del momento-.
Esta experiencia Foodography, es resultado de que en muchas ocasiones las fotos que circulan en las redes sociales no hacen justicia al trabajo que hay detrás, por eso cada vez es más habitual encontrar tutoriales e incluso talleres en los que enseñan cómo hacer buenas fotografías con el teléfono móvil.