Desde que se planteo la realización de un paseo en bicicleta protagonizado por ciclistas desnudos, para llamar la atención de las autoridades a los derechos de quienes transitan en dos ruedas, el tema se volvió polémico. Sobre la mesa se pusieron tres puntos de vista distintos: los que rechazaron el acto porque les pareció impúdico, los que destacaron que el desnudo era un recurso que haría olvidar el objetivo y desde luego, aquellos que se manifestaron a favor de la expresión libre de las ideas.

Los lectores de Ensenada Net saben que desde hace muchos años, este medio de comunicación explora la opinión pública sobre el tema del momento por medio de un sencillo sondeo semanal, que en tiempo real indica cual es la tendencia en las opciones que se presentan.

En este caso, como en otros, hemos notado como un tema que inicia con cierta distribución de opiniones, experimenta un cambio abrupto de un día para otro y es tan evidente que de inmediato nos hace dudar de los resultados.

La lógica de este tipo de situaciones es que alguien (persona, grupo, partido) se siente amenazado por un resultado adverso y de inmediato pone a funcionar una red de contactos para que visiten la página, voten como es más conveniente y así lograr una situación que mitigue la desventaja o que imponga una mayoría inexistente. En el caso del paseo el fenómeno se observó en ambos sentidos, la balanza se inclino para ambos lados de forma errática, no como la expresión de una ciudad, sino como la pugna directa entre dos.

Pareciera ser un acto inocente... apenas una travesura, sin embargo esta forma de acarreo digital tiene mucho fondo en nuestra historia como sociedad.

La generación que creció bajo la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional criticó ampliamente prácticas similares: los mítines de apoyo pagados con tortas para los asistentes, cuyo único fin era demostrar una masa de seguidores que desde luego carecía de representatividad social. Esto fue rápidamente copiado por otros partidos y los resultados están a la vista de todos.

En todo caso el fondo es el mismo: cuando no se puede obtener una ventaja en la discusión con la exposición y divulgación de las ideas, buscamos hacer parecer que si se tiene... se deja de lado el argumento para gritar más fuerte las mismas palabras que ya fueron derrotadas. Esto es equivalente a ponernos un termómetro cuando nos sentimos mal y si éste indica que hay fiebre, luchar contra el instrumento en lugar de combatir la enfermedad.

¿Casos triviales? Desde luego que los hay. Por ejemplo esos concursos en redes sociales donde se pone a competir fotografías y todo se valida por medio del famoso "like". ¿Gana la propuesta o la red de contactos?

Los mexicanos nos tenemos tanta desconfianza que fue necesario crear un complejo andamiaje para expresar el voto, y aunque lo que tenemos ahora no se parece en nada a lo existente hace veinte años, seguimos dudando de su eficiencia para recoger la opinión de los electores.

En un mundo que cada día tiende más a lo digital no habrá candado o sistema que pueda ser válido, siempre que en el fondo exista alguien dispuesto a todo con tal de hacer parecer que tiene la razón.