El panismo ensenadense no termina por sanar sus heridas. Lo peor, el sangrado es profuso y la posibilidad de infección es latente, innegable, evidente.
Las derrotas electorales sufridas en los dos procesos locales recientes parecen no ser el escarmiento suficiente para enmendar los errores cometidos y que pesaron mas que los aciertos de sus adversarios.
Los descalabros en las urnas se cimentaron en encaprichamientos internos y cupulares; en el amarre de intereses de grupo antes que en el interés general de la institución. El PAN entonces emergió a las contiendas externas lesionado y, por lo mismo, frágil ante el adversario.
Lo demás fue cuestión de tiempo y de sumar los sufragios. Dos fracasos consecutivos en un intento por recuperar la alcaldía local así lo evidencian. Así lo desnudan.
Dicen que de los errores se aprende, pero en el caso del panismo ensenadense parece que esta advertencia popular no tiene mucha cabida. Ante la proximidad de un nuevo proceso electoral la búsqueda de objetivos particulares y de grupo, antes que los del propio partido, prevalecen.
Por eso la unidad interna es endeble. Demasiado para aspirar con éxito a la recuperación de un espacio que ya administraron y que cedieron al calor de sus propios tropiezos.
Por eso el PAN enfrenta un diagnóstico sumamente complicado.
Y no puede ser de otra manera si en su interior cuatro fuerzas se disputan el “derecho” de contender por la alcaldía. Cuatro fuerzas tan visibles como enconadas. Una mujer y tres varones en la disputa. Y nadie cede. No, nadie cede. Como si Acción Nacional fuera una nave a la deriva en un mar turbulento y en donde el capitán no aparece por ningún lado.
El interés general sobre los particulares no termina por imponerse. Cuando menos no por ahora. Y ante ese entorno complicado los riesgos de acumular un nuevo fracaso electoral se incrementan.
Y si a ese entorno complicado se le suma la fuerza de un rival agazapado, experimentado y ávido de retener lo que hoy ostenta, las puertas que comunican a lo estrepitoso del fracaso terminaran por ensancharse para los panistas.
En ellos esta privilegiar la unidad interna haciendo a un lado las pretensiones personales o de grupo, o bien, dejar que las heridas que hoy lucen abiertas y sangrantes terminen por infectarse.
No hay de otra.
Revelaciones últimas
En Tijuana, el gobernador Francisco Vega de la Madrid bajó del autobús electoral a uno. Aquí bien podría hacer lo mismo no con uno, sino con varios. Si se pudo allá…