El pasado 11 de octubre se conmemoró por cuarta vez el Día Internacional de la Niña propuesto por la Organización de las Naciones Unidas como parte de una campaña internacional que intenta lograr la igualdad de género en el mundo para el año 2030, especialmente en los países en desarrollo.

¿Por qué es importante si ya existe un día del niño que se dedica a la fraternidad y comprensión a la infancia del mundo, incluyendo a ambos géneros?

Podemos empezar porque además de los esfuerzos que ya se hacen para la defensión y garantía de los derechos de los niños y niñas, este es un intento por lograr el énfasis necesario en la prevención de la violencia contra de ellas, ya que esta es su principal causa de muerte alrededor del mundo.

Si usted es mujer o ama a alguna, debe saber que si ella pasa de los 18 años y no ha sido obligada a casarse (bajo cualquier circunstancia), a tener relaciones sexuales, a abortar o a permanecer embarazada o padeciendo una infección de transmisión sexual por no tener acceso a medidas eficaces para negociar el sexo seguro, está en una situación afortunada y hasta minoritaria en lo que a las cifras mundiales corresponde.

La semana pasada hablamos brevemente sobre los feminicidios en Baja California y el caso casi omiso que se hace de ellos a nivel de autoridades. Esto es producto de la misma ideología machista que ha provocado en el mundo 24 millones de abortos selectivos de fetos femeninos (niñas que todavía no nacen) principalmente en países asiáticos y europeos. A esto se agregan los infanticidios y las muertes por negligencia, entre otras cuestiones.

Si a esto le agregamos que la pobreza y otras condiciones socioculturales orillan a elegir a cuáles de los hijos se van a enviar a la escuela, y en esos casos se elige casi siempre a los varones, esto deja desprotegidas a las niñas y adolescentes mujeres en cuanto a su supervivencia educativa y económica, pues es más difícil conseguir un trabajo en condiciones de analfabetismo. Respecto a esto, el 61% de las personas analfabetas del mundo son mujeres y niñas.

Continuando con esto, podemos decir que la falta de acceso a la educación es un factor de riesgo para las infecciones de transmisión sexual, los embarazos no deseados, los abortos clandestinos y los matrimonios forzados. Por si no fuera poco, todas estas circunstancias perpetúan terriblemente la pobreza y la violencia hacia ellas.

Regresando al embarazo no deseado en niñas y adolescentes, este es un factor importante de riesgo reproductivo y es por eso que organismos públicos y privados trabajan en su prevención. El cuerpo de las niñas y las adolescentes no está preparado aun para un embarazo y es importantísimo que si por cualquier razón está sosteniendo relaciones sexuales, se apegue cuanto antes a un sistema de planificación familiar. Va la vida de la madre y la del bebé en ello.

A todo esto podemos sumar otras causas de las que ya hemos hablado antes como la evitación legal de la ablación genital femenina, la legalización del aborto cuando sea necesario e incluso voluntario sin caer en la desestimación de lo que conlleva, a la expresión y libre ejercicio de los derecho sexuales y reproductivos, y sobre todo, el de ser reconocidas como seres humanos sexuados que sentimos, pensamos y vivimos, y que necesitamos para el bienestar de todas las personas el estar libres de violencia sexual, económica, física, psicológica y estructural. El 2030 me parece personalmente una meta ambiciosa, pero no cesaremos de acercarnos lo más posible.