En nuestra entrega anterior hablábamos de algunas incongruencias y atrocidades ocurridas en la “Invasión de los revoltosos”, los Filibusteros de 1911.
En esta oportunidad quiero referir ciertos datos de un personaje, nada ilustre, ni malhechor, más bien una víctima de sus propios méritos y de las circunstancias imperantes en esos días de terror y crimen, cometidos al amparo de “la revolución Floresmagonista”. Este personaje de nombre Arthur Livingston Wilson Foster, doctor en medicina, quien era directivo de una buena empresa manufacturera de talco para uso higiénico y también medicinal en el oeste de California dese principios de 1900s.
Anteriormente, en el este de Estados Unidos el Dr. Foster había creado una buena fortuna manejando una compañía dedicada a la compra venta de bienes inmobiliarios y negocios relacionados con la explotación de petróleo. El Dr. Foster estaba casado desde el 6 de febrero de 1896 con la madre de sus dos hijas: Mary y Ethel, de11 y 14 años de edad, (en 1911). Cuando el doctor reubico sus oficinas de San Francisco a Los Ángeles, en 1908 a la par de sus negocios industriales continuaba practicando su profesión de médico, siendo auxiliado por su asistente, la enfermera, señorita Elizabeth Wood.
Por un tiempo el Dr. Foster llevo una vida de matrimonio con ambas mujeres. Para 1910 la legítima esposa demando al doctor por abandono de hogar y desatención de menores. El fiscal de Los Ángeles procuro una orden de arresto en contra de su esposo. El Dr. Foster y la enfermera Woods apresuradamente huyeron de esa ciudad californiana y se dirigieron primeramente a Ensenada, en Baja California, donde vivieron momentáneamente pero al cabo de unos días su presencia había sido muy notoria y decidieron huir más al este. Escogieron el poblado de El Álamo donde tenían el propósito de pasar desapercibidos y llevar una vida de bajo perfil.
Desafortunadamente coincide su estadía en ese lugar con las acciones bélicas de las gavillas de filibusteros, los mentados “revoltosos” quienes al mando de Simón Berthold se dirigían a tomar El Álamo, era el 3 o 4 de abril de 1911, y lo hubieran logrado sin mayores contratiempos de no ser por Alberto Rodríguez “El Cachoras” quien, junto con otros dos nativos Pai Pais, actuando al amparo de unos arbustos y haciendo gala de sus talentos de francotirador, logro herir a Berthold en una pierna. Los Floresmagonistas llegaron a El Álamo y aseguraron el poblado para su causa. El único doctor en el pequeño pueblo minero era, para su desafortunada suerte, el Dr. Foster, el cual fue conminado a punta de fusil a prestar atención médica a Berthold. 10 largos días logro sobrevivir el herido, más la infección y la falta de medicamentos adecuados causaron una complicación fatal de la que no pudo salvarse. Muriendo el 13 de abril de 1911.
Lerdo González, nativo de Tecate, Baja California. Casi iletrado, de vida oscura y mediocre. Acusado, detenido y convicto de contrabando de persona (Chinos). En 1911, es enlistado como parte del cuerpo de auxiliares de caballería e infantería. En ese tiempo el Coronel Celso Vega era el jefe militar, y los comandantes del cuerpo eran Julio Núñez y Martin Mendoza. Con el tiempo y debido a sus éxitos guerrilleros, Lerdo González es promovido a jefe de guerrilla y como tal llega, al frente de una gavilla mixta de soldados y voluntarios al poblado de El Álamo, ya abandonado por los “revoltosos”, el día 10 de junio de 1911 y en su “reporte” oficial le reporta a su jefe “supremo”: Celso Vega, que al llegar a El Álamo encontraron una casa con “bandera y gallardete” americanos. “fuertemente pertrechados” por algunos filibusteros. Continua relatando con detalle como al final del “cruel encuentro” lograron entrar a la mencionada casa donde encontraron los cadáveres de “cuatro filibusteros americanos”.
Los testigos oculares, todos de El Álamo, refirieron en multitud de ocasiones que Lerdo González habían interrogado a los pobladores en general y obtuvieron información que culparon al Dr. Foster, como quien le había proporcionados cuidados médicos a Berthold, por lo que tiene relación con el francés Constance Du Bois y los americanos Patrick Glenan y John Carroll, fueron acusados de haber proporcionado alimentos y alcohol (de hecho requisados a punta de fusil por los revoltosos) motivo por lo que sumariamente fueron condenados a muerte. Lerdo González dio la orden de trasladarlos a Ensenada “para su juicio” y en las afueras inmediatas al poblado sumariamente, fueron fusilados y aventados a unas trincheras que por el rumbo habían quedado. Sus cuerpos fueros mal enterrados y abandonados.
Las consecuencias: El Dr. Foster murió en tierra ajena cobardemente asesinado. Su amante refugiada en una cueva, hasta que logró escapar y regresar a California, Tres más extranjeros, que su único delito fue el de estar en el lugar equivocado y no tener amigos.
Por su parte Lerdo González, recibió placa y reconocimiento personal de Celso Vega. Fue reconocido como “Heroico Defensor de Baja California”. Hoy en día, tanto en Tecate como en Ensenada, hay avenidas que llevan su nombre.