Para comprender el presente, hay que conocer y aceptar el pasado. Quien no mira atrás difícilmente aceptara el presente y no podrá construir el futuro.
La guerra de los pasteles ocurrió durante el periodo presidencial de Antonio de Padua María Severino López de Santana y Pérez Lebrón, (Antonio Lopez de Santana) nacido en Jalapa Veracruz el 21 de febrero de 1794. Ocupo once veces la presidencia de la Republica pero a diferencia de Don Benito Juárez (que sumo 15 años de mandato y Porfirio Díaz con 31 años) Santana con todas su reelecciones no acumula un sexenio.
En 1838 fue la intervención francesa en México llamada Guerra de los Pasteles debido al suceso ocurrido en Tacubaya. En la Ermita existió la panadería de Remantel, empresario francés, por quien el Gobierno Francés hizo la reclamación de 70 mil pesos al Gobierno Mexicano, que presidia Santana.
Según Rematel, se los habían robado en un motín y con esto y otras reclamaciones dio lugar a la escandalosa guerra de los pasteles.
Don José Lorenzo Cossío al referirse de este hecho, hizo un extracto y aunque es brevísimo, si es lo suficientemente elocuente para darse cuenta de la magnitud del zarpazo francés.
Después de mencionar las insignificantes quejas de los súbditos Franceses dice así: ¨En Tacubaya unos oficiales se emborracharon junto al pastelero francés Rematel y esté al día siguiente, viendo los daños que él y los oficiales en la parranda habían ocasionado, decidió presentar una denuncia por conducto del Ministro Barón de Gros. Presento una reclamación por los pasteles que se habían comido, por los vinos, por la batería de cocina y hasta por el producto de varios días de venta¨.
¨Pues bien primero el encargado de negocios De Leslie y después el Almirante Baudin exigieron la entrega inmediata de $ 600,000. Pesos para pagar las reclamaciones y la destitución de y castigo para las autoridades mexicanas que habían cumplido con su deber¨.
¨Los franceses se negaron a someter el asunto al arbitraje y como no se obsequiaron sus demandas bombardearon el castillo de San Juan de Ulúa, solo para dar cartel al Príncipe de Jonville que no volvió a figurar nunca más¨.
¨Se entregó el dinero para que el gobierno francés lo distribuyera como quisiera y después de pagar las injustas reclamaciones sobraron 200 mil que no hubo a quien entregar¨.