Cuando hablamos acerca de la sexualidad enfocándonos en las personas que tienen capacidades diferentes o déficit en alguno de sus sentidos nos enfrentamos a algunos retos que incluyen por momentos la creencia de que estas situaciones cancelan en automático la capacidad de expresión sexual de las personas de forma total o parcial, lo cual es una gran mentira.

Algunas de estas ideas surgen de que por muchos años la educación de la sexualidad se ha centrada en la reproductividad, y específicamente en las personas con déficit visual uno de los principales frenos ha sido la preocupación por los cuidados que pueden o no darse a un hijo o hija a partir de esto. Ante esto, vale decir que cada persona se adapta según sus posibilidades y recursos y que no hay circunstancia perfecta aun cuando tenemos todas nuestras capacidades físicas y mentales completas y en orden.

Sin embargo, es evidente que se le ha dado mucha importancia sexual al sentido de la vista porque se ha reforzado socialmente la idea de que los estímulos sexuales efectivos son visuales en gran medida. Ante esto podemos decir que la respuesta sexual no tiene ninguna afectación directa a causa de que la vista esté afectada parcial o totalmente.

Cuando hablamos de educación de la sexualidad en la niñez cuando existe déficit visual, debemos tomar en cuenta la falta total o parcial de capacidad de apreciar las formas del cuerpo, vestido o desnudo, y adaptarnos a esto con materiales táctiles y auditivos.

Una dificultad que puede presentarse es la prohibición del tocamiento tanto del propio cuerpo como el de las otras personas, sobre todo en partes “no permitidas” por ser una falta de respeto. De esta forma algo común es el condicionamiento a una actitud pasiva ante la sexualidad, cuando no de ansiedad, miedo y falta de autoestima en esa área.

Si tenemos un niño o niña con déficit visual en la familia o en grupos escolares, lo idóneo es adaptar y crear nuevas herramientas pedagógicas y rescatar los otros sentidos como el tacto o el oído, y desde luego incluir la formación de padres y maestros respecto a las generalidades de estos temas para educar integralmente. Para la educación del erotismo, que es algo muy abstracto que se desarrolla llegada la adolescencia, podrían incluirse materiales que incluyan el olfato y el gusto como recursos para construir la sexualidad.

Una limitante común es que no existen libros en Braille que expliquen adecuadamente la anatomía sexual u otros temas importantes. A este respecto, una artista sueca llamada Nina Linde creó recientemente el primer libro erótico para invidentes en su país, argumentando acertadamente que todas las personas necesitamos estimulación erótica sea cual sea nuestra situación. En este libro se pueden palpar no solo encuentros heterosexuales, sino también homosexuales y algunas variantes de la práctica sexual que incluyen el sadomasoquismo con el fin de enseñar de forma gráfica la dinámica del coito a las personas invidentes tomando en cuenta sus preferencias personales, haciendo el material más inclusivo que si solo se hablara de la anatomía y fisiología de la respuesta sexual humana.