Al profesor, Gilberto Hirata Chico, le restan solo 12 meses para entregar la estafeta de presidente municipal. Solo 12 meses y los pendientes se cuentan por muchos. Serán 12 meses complicados, más complicados que los 48 que ya se consumieron. Meses de trabajar y de cumplir, de trabajar y de medio cumplir, de trabajar y de no cumplir. Como ocurre en toda administración.
El alcalde lo advirtió en la presentación de su segundo informe de labores apenas el pasado viernes refiriéndose a su equipo de colaboradores: “Ocupo del apoyo de todos”.
Y vaya que lo ocupa. Lo ocupa y lo rete ocupa.
Ocupará de funcionarios que no se tiren en la hamaca al amparo de que solo restan 12 meses y que por lo mismo hay que “nadar de muertito”.
De funcionarios que no se distraigan ante un proceso electoral que se avecina y que se abre como una posibilidad de mantener la chamba.
De funcionarios, pues, que hagan suyo el reto que sobre la espalda lleva un alcalde que dentro de unos cuantos meses será uno de los hombres más solos de la actual administración.
Y ante esa soledad que se avecina, el munícipe tiene que mediar entre amistad y responsabilidad. No hay de otra. Revisar su inventario de colaboradores y hacer los cambios en donde resulten necesarios. No hay de otra.
Al gobernador del estado, Francisco Vega de la Madrid, los tiempos también lo presionan. Lo presionan y lo estresan.
Desde hace meses, muchos meses, el no resolver el desabasto de agua que afecta a miles de ensenadenses se ha convertido en una de las causas de que el mandatario no pueda conciliar el sueño. Así lo reconoció públicamente.
Y es que han pasado semanas y meses de promesas no concretadas, de anuncios y anuncios que en los hechos se han quedado en eso, en meros anuncios.
La falta de agua afecta la calidad de vida de los ensenadenses y merma su ya de por si maltrecha economía. Urge solucionar este problema que cayó en el terreno de la condena
pública y la incredulidad. No hacerlo sería lo mismo que aceptar el pago de facturas muy elevadas. Y eso bien que lo sabe el gobernador.
Pero como Gilberto Hirata, Francisco Vega de la Madrid ocupa del respaldo de sus colaboradores. Urge que en los hechos le respondan, que no le mientan, que no lo engañen; que no se distraigan.
Los ensenadenses ocupamos de un gobernador rodeado de funcionarios que, si bien en lo corto sean sus amigos, en sus encargos públicos aporten responsabilidad en las tareas encomendadas.
Y es que asi como en el tema del agua, hay otros pendientes que la administración estatal no ha logrado traducir de anuncios a hechos concretos. El aeropuerto, el tren, los libramientos.
De muy poco nos sirven un alcalde solitario y un gobernador con insomnio. De muy poco.