Para comprender el presente, hay que conocer y aceptar el pasado. Quien no mira atrás difícilmente aceptara el presente y no podrá construir su futuro.
El General Porfirio Díaz siempre pidió a su gabinete buscar la modernidad en el mundo, en especial Europa. Estaba fascinado con los avances tecnológicos, artísticos y de la moda que se veían en Francia, sobre todo en Paris.
Carmen Romero Rubio, segunda esposa de Porfirio Díaz, nació en el seno de una familia acaudalada y de gustos refinados en las artes y la moda; fue educando a Don Porfirio Díaz en el aprecio y la sensibilidad de la pintura, la música, la escultura y la arquitectura, así mismo de los grandes avances tecnológicos en el mundo como el planchado de ropa con plancha eléctrica: el calentamiento sin fuego es la gran novedad en el mundo moderno.
La noticia llega a doña Carmen que en el hospital de locos en la ciudad de Indianápolis Indiana (USA), donde se disponía de una gran cantidad de fuerza eléctrica, se ha efectuado la instalación de qué hablamos, con mucha facilidad, pues dispone de una fuente de energía eléctrica que le permite obtener la corriente a bajos precios produciendo notables economías, tales como la reducción a la mitad del número de obreras empleadas anteriormente.
Para formarnos una idea del procedimiento bastara ver nuestros grabados. Las planchas se conectan con los conductores de electricidad, mediante dúctiles hilos, y el asa de cada una constituye un eficaz aislador: El lado de cada plancha, naturalmente regularizado y normalizado, es sensible igual, lo cual permite una gran perfección en el trabajo, haciendo más rápido y eficiente en los lugares de mucha concentración de ropa: hospitales, cuarteles, orfelinatos, internados, etc.