Para comprender el presente, hay que conocer y aceptar el pasado. Quien no mira atrás difícilmente aceptará el presente y no podrá construir su futuro.
Ocupó la Presidencia de la Republica del 29 de noviembre de 1876 hasta mayo de 1911, cuando triunfó la revolución Maderista.
El acto de su última toma de protesta se verificó el 1 de diciembre de 1910 ante el Congreso de la Unión con la comunidad militar y civil.
A las 10:15 de la mañana el señor Presidente de la Cámara, Manuel Flores, y los Vicepresidentes, Fortunato Hernández y Juan A. Mateos, declararon abierta la sesión solemne. A los quince minutos posteriores con los acordes del Himno Nacional hicieron su entrada el Presidente y el Vicepresidente acompañados de los altos oficiales de Marina y Ejercito, seguidos por los miembros de sus Gabinete.
Puesto de pie, ante un silencio absoluto protesto su séptimo encargo como Presidente de la Republica.
Se hizo saber que de acuerdo al censo de población, México tenía una población de 15,003,207 habitantes; en sus finanzas:
Ingresos $106,328,485 pesos.
Egresos $95,028,500 pesos.
Existencia $11,299,834.00 pesos.
Su prolongado periodo de gobierno pacífico, modernizó, logró prosperidad con industria y comercio. Su gobierno se caracterizó por buscar la conciliación y aplicar la fuerza para lograr sus propósitos de hacer un gran país unido y fuerte que pudiera contener a los Norteamericanos y a los demás países invasores, que soñaban con restablecer sus dominios en México.
El desarrollo económico y la modernización de las ciudades, la bonanza aparente, produjo grandes desigualdades que combinadas con la limitada participación política, derivaron en la caída del régimen.