En los años 1930s España estaba envuelta en un conflicto interno. El gobierno defendía su poder por medio de su ejército Republicano Español. Francisco Franco encabezaba el ejército fascista. Franco y sus huestes se enfilaban al triunfo. Era bien sabida las consecuencias que se avecinaban. El clamor de los inocentes llego hasta oídos del Presidente de México, don Lázaro Cárdenas del Rio. En respuesta a este clamor de auxilio, el gobierno mexicano ofreció asilo a quienes pudieran escapar de España. Miles de españoles abrumadoramente buscaron el escape y tomar la oferta de ayuda de la hermana república de México.

Llegaron en distinto tiempo los barcos “Sinaia”, “Ipanema”, “Mexique”, entre otros. Llego también el yate “Vita” (que merece una reseña especial) transportando una buena parte del vasto tesoro del colapsante gobierno español.

Entre los refugiados que pudieron obtener, salvoconducto para hacer el viaje se contaba con Industriales, capitalistas de importancia, miembros del gobierno español. A parte de los ricos, también vinieron entre muchos, artistas, poetas, pensadores, en fin, gente de cultura y talento.

Y, por supuesto, niños. Llegaron grupos de niños huérfanos, rescatados de alberges y orfanatos donde habían quedado desamparados por la pérdida de sus padres.

En junio de 1937 un grupo, en especial, por su coercividad y por el hecho de que pudieron permanecer más o menos unidos, 456 menores, tal grupo fue conocido como “Los niños cantores de Morelia” (Requiere de una reseña especial)

En ese grupo y sobresaliendo por su edad, más grande que la mayoría, pues tenía 17 años, cuando la gran mayoría oscilaba entre los 9 y 14 años llego Julián Martínez Soros (Algunos medios lo mencionan cono “Sotos”).

Julián desde siempre demostró una tendencia absoluta de artista, al principio en artes gráficas y después tomo la escultura como “hobby”. Estudio en la academia nacional de pintura y sobrevivió a base de su propio esfuerzo creativo.

Allá por los años 1950s conoció al “Kiko”, Francisco Aguilar Manzo, Ensenadense en su última jornada de vida. En aquellos años el Sr. Aguilar era funcionario de los astilleros de Guaymas (Hermanos de los Astilleros Rodríguez) cuando tuvo la suerte de conocer a Julián y sus trabajos en pintura.

El Kiko lo invito, y sufrago sus gastos, a que visitara Guaymas. Julián encontró en Guaymas una tierra fértil y sedienta de cultura y llena de “bohemia” aunque Julián era un abstemio empedernido, encontró lugar y cobijo e ese grupo. . En corto plazo tenia decenas de solicitudes de trabajos artísticos, en lugares públicos y en lugares privados. Fue una cadena de sucesión de éxitos que llego a oídos del gobernador Luis Encinas quien le dio el encargo de hacer unas pinturas de Encinas y su esposa. Fue el principio de su relación con encargos gubernamentales.

La inquietud artística de Julián era manifiesta y su inquietud por la creación en tercera dimensión de sus inspiraciones era tal que se enfocó en promover sus inquietudes por la escultura. Estudio en Nueva York y los resultados no se hicieron esperar.

En 1968, por encargo del presidente Gustavo Díaz Ordaz y del presidente municipal de Guaymas Oscar Ruiz Almeida, hizo, su primera colosal escultura “El Pescador”. Solo fue el principio. El gobierno del estado de Sonora le encargo varios monumentos ecuestres al Padre Kino. (Hermosillo, Magdalena y otra en Segno, Italia) El gobierno de Arizona le encomendó dos para Tucson y Phoenix.

Con su fama en todo lo alto fundo su taller en la Ciudad de México donde produjo cientos de grandes obras, muy larga la lista para enumerarla aquí (exceden 200s). Sobresalen: Estatua ecuestre de Pancho Villa Tucson 1981 que causó polémica, Estatua del Gral. Lázaro Cárdenas en Madrid, España. Una placa con la siguiente leyenda: “Este es el presidente de México Lázaro Cárdenas, el padre de los españoles sin patria y sus derechos perseguidos por la tiranía y desheredados por el odio”, Estatua de un pescador montado sobre un enorme camarón, en el malecón de Puerto Peñasco. Estatua ecuestre de Emiliano Zapata en Toluca, (El monumento ecuestre as grande del mundo)

Sabemos que contó con la asistencia de Manuel Maldonado y de Javier Portilla, entre otros soldadores.

Los presidentes de la república, Lic. Echeverría y Miguel de Lamadrid lo visitaron en su taller.

Julián es el autor del monumento a la madre en Ensenada, Baja California. Una estatua excelsa y magistral llena de sensibilidad y amor. Sin duda la más bella representación de madre en la república mexicana. Aun hoy en día tenemos en casa, (de mi hermano Vicente Ferreira Bartrina la obra en marmolina que sirvió para que el patronato aprobara el monumento final)

En julio de 1967, la familia Ferreira Bartrina, visitamos su taller, nos acompañaba el Gral. Lázaro Cárdenas. Tuve la oportunidad de tomar unas fotografías donde aparece Julián, Don Vicente Ferreira y el Gral., Cárdenas. Años después. Una de esas fotografías sirvió de asistencia a Julián en la elaboración del monumento a Lázaro Cárdenas en Ensenada, Baja California.

Esta es la herencia que los Ensenadenses tenemos, y desconocemos por mucho, quien fue don Julián Martínez Soros.

.Falleció a la edad de 79 años el 23 de mayo del año 2000 en la ciudad de México.

Un hombre íntegro, sobrio en mente y en cuerpo. Abstemio y de gran imaginación natural.

Un mexicano que no olvido sus raíces y que amo su vida y profesión. No por recompensa económica. Por el imple hecho de heredar cultura y amor a quienes lo rodearon y a quienes, a la distancia del tiempo lo descubrieron.

Para mí fue un gran honor el conocerlo y recibir su estímulo y su amistad.