Durante la semana pasada se dio a conocer en diferentes medios la noticia de que Walter Suk tenía trato inapropiado con tres niñas de 3, 4 y 5 años de edad respectivamente en Acapulco, Gro. Esto fue descubierto por un ciudadano que filmó con su teléfono al hombre besando a las niñas en la boca mientras su padre estaba cerca. Conforme han pasado las averiguaciones se ha descubierto que además daba dinero y regalos a las niñas a cambio de besarlas y sentarlas en sus piernas, y sus padres lo sabían y lo permitían.
Al observar el video es patente que el señalado se siente libre de culpa o delito alguno por esto último, sino que argumenta que es correcto porque son de familia pobre y ellos lo permiten. El pasado domingo ya se dio formal prisión al hombre por corrupción de menores sin derecho a fianza.
Según el Artículo 201 del Código Penal Federal:
“Comete el delito de corrupción de menores, el que induzca, procure, facilite u obligue a un menor de dieciocho años de edad o a quien no tenga capacidad para comprender el significado del hecho, a realizar actos de exhibicionismo corporal, lascivos o sexuales, prostitución, ebriedad, consumo de narcóticos, prácticas sexuales o a cometer hechos delictuosos.”
Acerca del abuso sexual, el mismo documento expone:
Artículo 260. Al que sin el consentimiento de una persona y sin el propósito de llegar a la copula, ejecute en ella un acto sexual o la obligue a ejecutarlo.
Artículo 261. Al que sin el propósito de llegar a la copula, ejecute un acto sexual en una persona menor de doce años de edad o persona que no tenga la capacidad de comprender el significado del hecho o que por cualquier causa no pueda resistirlo o la obligue a ejecutarlo.
Cabe señalar que la violación o el contacto sexual que deje señales en el cuerpo no es la única forma de violencia sexual que podemos cometer o recibir las personas, y como se señala más arriba, esto está condenado por ley. Si bien el sistema de justicia de nuestro país dista de ser perfecto, se tomó en consideración la evidencia y los testimonios de las personas implicadas.
Es necesario tomar conciencia de las implicaciones de nuestros comportamientos en la construcción de la sexualidad de los niños y las niñas, pues si bien lo cometido por Walter Suk es un delito y él mismo dista aparentemente de su propia responsabilidad, cotidianamente tenemos actitudes que enseñan cómo comportarse a quienes estamos formando.
Empecemos por reforzar la idea de que nadie debe tocar su cuerpo, ni besarlos, ni abrazarlos, ni hacer cualquier gesto bajo pretexto de ser muestra de afecto a cambio de un regalo, o por ser un amigo o pariente cercano, y menos aún si el niño o niña no desea este contacto o sospechamos de cualquier segunda intención peligrosa por parte de la persona que lo hace.