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Sexo lésbico protegido

En serio… hablemos de sexualidad

  
Nota publicada el 8 de junio de 2016
por Rocío Linares

Es un hecho que los hombres que tienen sexo con hombres y las mujeres trans son personas a las que es importante educar en cuanto a lo que el sexo protegido se refiere porque usualmente se asocia a ellos y ellas las prácticas sexuales de mayor riesgo para contraer Infecciones de Transmisión Sexual tales como el Virus de Inmunideficiencia Adquirida, el Virus de Papiloma Humano, el Hepatitis B, entre otras.

Sin embargo, se ha dejado de lado en muchas ocasiones a las mujeres que tienen sexo con otras

mujeres y a los hombres trans por muchas razones. Para empezar la sexualidad femenina no tuvo visibilidad científica o social hasta hace poco más o menos de un siglo, y dado que siguen existiendo muchos mitos que hacen al pene la figura central del coito, hay quienes piensan que si no hay un pene de por medio entonces no hay relación, coito, satisfacción sexual o lo que guste imaginarse. Esta es la misma idea que sostiene el famoso razonamiento de que las lesbianas lo son hasta que encuentran el hombre correcto, lo cual también ha demostrado ser una mentira total.

Siendo así, podemos entender un poquito de dónde ha salido otra situación en la que si bien actualmente se sabe (cuando no se acepta) que existe la relación sexual entre mujeres, no siempre queda tan claro qué tan riesgosa es en cuanto a la adquisición de las Infecciones de Transmisión Sexual.

De acuerdo a una nota publicada por el activista e investigador en temas de derechos humanos y salud Ricardo Baruch en la página soyhomosensual.com, en el Diagnóstico Situacional de las personas LGBTIQ en México llevado a cabo el año pasado por investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco y la organización INSPIRA, el 80% de las mujeres lesbianas y el 81% de las bisexuales afirmaron no usar ninguna protección para tener relaciones sexuales.

En este mismo documento se declara según la muestra que incluyó 1200 mujeres lesbianas y bisexuales que las participantes practican la estimulación manual (98%), el sexo oral (77%), el uso de juguetes sexuales (32%), la estimulación anal (20%) y las relaciones sexuales durante la menstruación propia o de la pareja (70%).

Si bien es cierto que son prácticamente nulos los casos de transmisión de VIH entre mujeres, es importante mencionar que SI existe riesgo de transmisión de VPH, herpes y hepatitis B.

El 80% de las participantes en el estudio dijo no utilizar ningún tipo de protección para el sexo y las que sí lo usaron, utilizaron condones masculinos (15%), guantes (4%) y condón femenino (2%). El 71% mencionó que no utilizó protección debido a que se encuentra en una relación estable de pareja. Este diagnóstico tiene otras cifras importantes en cuanto a los riesgos y cuidados de otros elementos de la diversidad sexual que también son muy interesantes.

En cuanto al sexo protegido entre mujeres, podemos aportar que los tipos de protección mencionados en el estudio pueden ser de mucha ayuda si son bien utilizados. Además, los juguetes son de uso personal como el cepillo de dientes y no se recomienda compartirlos. De hacerlo, el condón masculino es una opción magnífica para mantener la higiene en ese contacto, y siempre se recomienda lavar el juguete antes y después de usarlo con jabón neutro o alguna solución de las que se venden en las sex shop para esto.

El condón masculino no sirve únicamente para proteger el juguete, sino también para realizar el sexo oral. No… no hay que desenrollarlo en la lengua. La idea es sacar el condón con el procedimiento usual de seguridad (rompiendo el empaque con la yema de los dedos y no con dientes, uñas u objetos afilados y asegurándonos que no haya llegado a su fecha de caducidad), luego desenrollarlo todo y cortar con una tijera todo el costado del mismo de forma que quede un cuadrito de látex y eso pueda ponerse sobre la vulva o el ano en el que se hará la estimulación oral para evitar no solo ITS, sino infecciones bacterianas causadas por la flora intestinal con la que pudiese haber contacto.

Además de los guantes, también existen los condones dedales que sirven para proteger la zona que cubren del contacto con los fluidos sexuales de la pareja, y en el caso de los guantes, sobre todo cuando hay juegos de contacto vaginal y/o anal profundo.

Los condones femeninos además de servir muy bien a la protección de la receptora de la penetración vaginal, dicho sea de paso que pueden ser una opción muy segura para el sexo anal penetrativo si se retira el anillo flexible interno y se coloca con el mismo procedimiento que seguramente si desconoce puede buscar en internet.

Con todo esto, además de prevenir ITS estaremos ampliando el espectro de lo que el sexo seguro persigue, que es el consenso, la seguridad personal y empoderamiento sexual de las personas sea cual sea su práctica de preferencia, su identidad o su historia.

Rocío Linares. Licenciada en Psicología UABC. Maestra en Sexología Educativa, Sensibilización y Manejo de Grupos IMESEX. rociolj84@gmail.com
 
 

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