Que algunos estados del Sureste mexicano, caso especifico Oaxaca, Guerrero y Chiapas, hoy vivan complicaciones sociales subidas de tono, no es cosa de la casualidad. Por supuesto que no.
Ese corredor del país, en cuya serranía impera la miseria y la marginación, se ha convertido en un auténtico caldo de cultivo para el surgimiento de movimientos sociales alimentados por doctrinas comunistas y, en otros casos, por intereses políticos.
Apenas hay que escarbar un poco en la historia reciente de esa región para encontrar las raíces y la explicación a lo que ahí ocurre y que por cierto no es nada nuevo.
Hay demasiada tela de donde cortar. Mucha.
Y enumero unos ejemplos. Unos pocos.
El 12 de diciembre de 1938 nace en el municipio de Atoyac de Alvarez, en Guerrero, Lucio Cabañas. Después de emanar de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa como maestro, Cabañas se vuelve líder estudiantil y jefe del grupo armado Partido de los Pobres que operó en la sierra de esa entidad.
Desde la clandestinidad Lucio Cabañas desafió al gobierno y al Ejército Mexicano. Las confrontaciones se cuentan por muchas y las bajas mortales también.
El 1 enero de 1994 surge en Chiapas el llamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), cuyo cabecilla y jefe máximo, el sub comandante Marcos, le declara la guerra al Ejército Mexicano.
Integrado en su mayoría por indígenas de varias comunidades serranas, el EZLN encabezó ataques a destacamentos militares, bloquearon carreteras y caminos, al tiempo que declaraban autónomos a varios pueblos. El número de muertos fue considerable durante el conflicto, hasta que sobrevino una negociación
El 28 de junio de 1996, hace su primera aparición pública el autollamado Ejército Popular Revolucionario (EPR), justo en el aniversario de la matanza de Aguas Blancas, Guerrero.
El EPR fincó sus actividades en los estados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, en donde sus encuentros violentos con elementos policiacos y militares dejaron muchas bajas de ambos bandos.
En el mes de junio de 2006 se constituye la llamada Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO), en respuesta a un intento para desalojar a maestros que se encontraban en plantón en la plaza de la ciudad. La APPO acusó al gobierno del estado de atentar contra el magisterio y en contraparte promovió bloqueos carreteros y toma de oficinas gubernamentales.
A la APPO se adhirieron más de cien organizaciones sociales que luego ratificaron su respaldo a la sección 22 del SNTE, en donde sus líderes ya manifestaban simpatías con la llamada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Los enfrentamientos sobrevinieron después entre miembros de la APPO y policías, con saldo de varias personas fallecidas.
La noche del 27 de septiembre de 2014, ocurrió la desaparición forzada de estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Los estudiantes habían participado en manifestaciones en contra de las autoridades locales de Iguala. Antes incurrieron en bloqueos carreteros.
De los hechos se cuenta la desaparición de 43 normalistas, 9 personas fallecidas y más de 20 lesionados. Lo anterior derivó en manifestaciones públicas, toma de carreteras, reclamos internacionales y mesas de diálogo que a la fecha no han aportado resultados conciliatorios.
Al reclamo de familiares de los estudiantes desaparecidos se sumaron agrupaciones sociales de Guerrero y Oaxaca, así como grupos violentos que lapidaron edificios públicos.
Los conflictos sociales, como el que ahora mantiene a una zona del país en evidentes complicaciones, ocupan de ciertos elementos para surgir y mantenerse; para fortalecerse. Pobreza, marginación, olvido oficial, desencanto y, evidentemente, alguien que los conjugue y aliente.
Y allí, en esa zona, sobra quien lo haga.
* Nota. algunos datos y fechas fueron tomados de wikipedia.