Durante el Gobierno del General Porfirio Díaz, Presidente de México del 29 de noviembre de 1876 al 25 de mayo de 1911, se recibió de Francia una noticia preocupante para la salud de los habitantes de la Capital Mexicana, debido a la contaminación producida por el funcionamiento inadecuado de los motores vehiculares.

Así lo publicó Mundo Ilustrado en enero de1908: El caso singular que vamos a ocuparnos hoy a dado motivo a una comunicación del señor Marcel Briand a la Academia de Ciencias de Francia.

El gas que se desprende de los motores no se contenta con viciar el aire y molestar el olfato; es capaz de envenenarnos. Muchas personas sufren a duras penas las sofocantes emanaciones de los automóviles sobre todo en el centro de las grandes ciudades y llega sentirse realmente enfermas a consecuencia de los desprendimientos de gases por la combustión del petróleo.

Muchos aficionados al automovilismo se han visto en la necesidad renunciar al uso de máquinas de bencina sustituyéndolas por eléctricas, debido a los mareos que les producían las pestilentes emanaciones.

El accidente que ha dado motivos a la nota de M.Briand es más grave. Felizmente no ha tenido mayor consecuencia. Tres personas que viajaban en un automóvil estuvieron a punto de morir por óxido de carbono.

La señora X, cada semana tenía por costumbre pasar uno o dos días en su casa-quinta de los alrededores de Paris. Hace poco tiempo hizose conducir como habitualmente un automóvil cerrado, en compañía de sus dos hijos Como hiciera frio levanto los vidrios. Cuando llegaron, venían en mareados, con vómitos y 2 de los niños casi inconscientes. El examen médico estableció, sin embargo, que las damas, en media hora habíase intoxicado con óxido de carbono que debería provenir del automóvil.

Se pudo averiguar que dias antes el chofer tuvo la peregrina ocurrencia, al practicar alunas reparaciones en el automóvil colocar debajo de la plancha delantera una caja de madera para guardar útiles diversos. El cajón comunicaba al interior del automóvil por una plancha móvil. Por otra parte hallábase a 40 centímetros del orificio que da salida los gases procedentes de la combustión. Las tapas se desajustaron debido a las trepidaciones y al calor y las emanaciones toxicas tuvieron una entrada hacia el interior del automóvil.

Toda persona encerrada esta expuesta a la intoxicación aplicando el aparato Léyv-Pecoul al interior del automóvil, indico nueve decilitros de óxido de carbono por diez metros cúbicos de aire.

Un nuevo peligro quedo pues, establecido respecto al uso de automóviles.

Ahora las víctimas de la rapidez vertiginosa de las infernales maquinas, tiene un consuelo. Saben que ellos viajan y están dispuestos a partir a la mitad a cualquier transeúnte pueden a su vez convertirse de victimarios en victimas.

En los ¨GARAGES¨ donde funcionan durante momentos de instalado el automóvil, los accidentes de esta naturaleza pueden reproducirse si la ventilación no es la adecuada.

El gobierno de la Republica preocupado por estos accidentes que también han ocurrido en México se esforzara para realizar la verificación en talleres y automóviles de servicio, recomendando a los propietarios se den las reparaciones en los talleres autorizados por personas expertas.