Investigando por otras curiosidades en lo relativo a una nota reciente (¿La diversidad sexual es moderna?) he encontrado evidencia cada vez más antigua sobre las prácticas y formas de ver la sexualidad de nuestros antepasados.
El dildo más antiguo encontrado hasta ahora tiene aproximadamente 30 mil años de antigüedad. Esto quiere decir que fue fabricado durante el periodo paleolítico, uno de los más largos en la historia de la humanidad conocido también como la edad de piedra, caracterizada por usar este material para formar herramientas, siendo los humanos nómadas y cazadores. Si a partir de las piedras se formaban armas y utensilios de uso cotidiano. ¿Por qué no habría de llegar este ingenio a la vida sexual de las personas?
Este dildo fue encontrado en las cuevas Hohle Fels en Ulm, Alemania, por un arqueólogo de la Universidad de Tubinga en catorce pedazos. Una vez reconstruido fue cuando él y su equipo se dieron cuenta de lo que se trataba.
Como este, se han encontrado otros instrumentos similares a lo largo de muchos estudios arqueológicos (obviamente lo de la arqueología sexual es una broma).
Sin embargo, uno de ellos destaca por su forma y probable uso: El Doble Falo de George d’Enfer encontrado en Francia, consistente, como su nombre y la fotografía lo indican en dos penes en forma de L que fue creado para la utilización simultánea de dos mujeres, por lo que se considera como el primer juguete sexual lésbico, ya que tiene aproximadamente 13 mil años de antigüedad.
Como he dicho antes, la diversidad sexual no es moderna en ninguna de sus formas incluyendo las formas de disfrutarla en soledad o acompañamiento, solo sucede que se han ocultado o destruido evidencias que la ciencia y la experiencia se encargan poco a poco de redescubrir.
Con esto podemos deducir que en los albores de nuestra historia la sexualidad definitivamente no era igual únicamente a reproducción, sino también a gozo, como naturalmente es. Las restricciones sociales (artificiales) vinieron diez mil años después que estas herramientas, y por tanto nuestra vivencia de ellas es, en todo caso, más moderna.